“Populismo”, palabra del año 2016 para la Fundéu BBVA
En esta ocasión el tema fue propuesto y preparado por Laura
Figueiredo.
En nuestra reunión del miércoles nos centramos en la palabra
“populismo”, una palabra que desde hace un tiempo está en boca de muchos y de
manera especial en el ámbito político y de los medios de comunicación. De
hecho, la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y el BBVA
la ha elegido como palabra del año 2016.
“Populismo” es una palabra que en su forma general tiene un
significado muy amplio pero que desde un principio supimos centrar en el uso
que en los últimos tiempos se le da. De hecho, rápidamente nos vino a la cabeza
el recién elegido y ya nombrado presidente de Estados Unidos Donald Trump y el
partido político español “Podemos” con la imagen de su dirigente Pablo
Iglesias. No tardamos en seguir la lista con nombres como Marine Le Pen en
Francia, Farage y su partido UKIP y su defensa del Brexit, Syriza en Grecia o
Cinco Estrellas en Italia. Un recorrido que pasó por Turquía, Rusia y Hungría.
Nombres y hechos concretos que nos llevaban también a la Venezuela de Chavez y
Maduro, la Bolivia de Evo Morales y al Ecuador de Correa.
Aún así “populismo” sigue siendo difícil de definir. Se suele relacionar con un uso despectivo y está
cargado de connotaciones. Al final preferimos ver en la palabra más que una
ideología una estrategia para alcanzar el poder. Hay populismos de derechas y
de izquierdas.
-Contexto en el que
surge actualmente: hartazgo y desafección política; profunda crisis
económica y recortes en los derechos alcanzados y necesidad de un líder que
diga lo que queremos oír lejos de lo “políticamente correcto”.
-Características y tácticas:
-Divide y vencerás: los buenos contra
los malos; la clase política contra los intereses del pueblo; contra la casta; lo religioso; el poder
económico… También se busca un enemigo en el exterior como Bruselas en el caso
del Brexit, los mexicanos para Trump o Estado Unidos para la Venezuela de
Maduro.
-Criminalizar y deslegitimar a la oposición:
Todo lo hecho por los gobiernos hasta ahora es
malo, corrupto e inaceptable. El cambio es urgente.
-Desprestigiar a los expertos y periodistas:
No se escuchan los datos y estudios de los expertos (consecuencias reales de la
salida de Europa del Reino Unido) o el calentamiento global deja de ser una
realidad (para Donald Trump). La política en contra de los periodistas que no
comulgan con las ideas de quien está o quiere alcanzar el poder es otra
realidad. La sociedad queda dividida entre los buenos (quienes apoyan) y los
malos (quienes no apoyan).
-Personalismo: La solución se concreta
en una persona que aparece en muchas ocasiones como el salvador de todos los
males. Y lo hace con un lenguaje grandilocuente y directo que el líder emplea
cargado de agresividad en muchos casos. Sabe llegar más a los sentimientos que
a la razón. En estos momentos el populismo se aleja de lo correcto para decir
lo que muchos piensan y más bien sienten en temas tan delicados como la
inmigración, los refugiados o el terrorismo yihadista.
Palabra elegida para el 2016 y que se presenta muy en
contradicción con la del año anterior, “refugiado” y que nos invitaba a todas a
una reflexión. Algo se está haciendo mal cuando hace un año se pedía y exigía
la acogida de las personas que vienen huyendo de la guerra, la miseria y la
persecución y ahora son muchos los que piden el cierre de fronteras, la
expulsión y agrandar los muros.
Gráfico en el que podemos ver las palabras que quedaron finalistas para ser la palabra del año 2016. Resultan de lo más curiosas. |
Texto: Laura Figueiredo
No hay comentarios:
Publicar un comentario