Transcribimos en esta entrada las cartas premiadas 2017
(tal y como nos las han enviado)
LOLA OSORIO 1º premio |
Mi
querida amiga.
Te
escribo estas letras sentada en un banco del parque en una tibia tarde de
noviembre. ¿Cómo te
encuentras? Yo estoy bien, me siento alegre, tranquila; no puedo decir feliz
porque, como bien sabes,
ese sentimiento nunca es completo. A nuestra edad, siempre hay alguna sombra
que nos roba
la quietud y nos enturbia el alma.
Este
año el otoño se disfraza de verano y, a pesar de este insólito buen tiempo, no
está muy concurrido
este lugar. Pero no estoy sola; cerca, jugando, hay una niña, y paseando a mi alrededor
con ayuda de su bastón, sin rumbo fijo pero sin cesar su caminar, se encuentra
una anciana.
Las dos están sumidas en sus tareas y yo me fijo en ellas, miro sus rostros,
ambas sonríen;
una por la pureza y la inocencia, por la falta de preocupaciones, de
prejuicios, de responsabilidades,...
La otra quizá, por la experiencia de lo vivido y porque después de tantos años
en este mundo, sabe que la sonrisa solo se irá si ella quiere,si ella lo desea.
Me saca de mis pensamientos
la risa melodiosa de la pequeña, con su fuerza, con su energía, con la certeza
de tenerlo
todo por vivir. En este momento juega con un niño, ojalá su futuro esté lleno
de esperanza, ojalá en su porvenir el llamarse hombre o mujer sea solo un indicativo biológico y
tengan las
mismas
oportunidades y se respeten, y busquen ser felices en un mundo lleno de paz. La
anciana me
mira, parece que lee mis pensamientos, quizá demasiado ilusos, pero llenos de
optimismo… A ella
le tocó vivir una dura época, la de una generación de mujeres incansable,
necesaria, que con su fuerza,
su tesón lucharon por un lugar en la sociedad, por una voz que nadie les
otorgaba.
Cuánto
les debemos a esas mujeres, a todas las que lucharon para cambiar la historia.
No puedo dejar
de contemplarla, de nuevo lleva su sabia mirada al suelo, una mirada perdida,
lejos de este mundo
en el que ella ya ha vivido. Casi arrastra los pies, encorvada, parece que
carga un gran peso,
y pienso que ese fardo está lleno de años, pero también de ausencias…
Se
hace tarde, toca recoger amarras y dejar mi reflexión pero antes de marchar las
llamo por sus
nombres. Sí amiga, conozco a estas dos mujeres, son mis compañeras, pilares
fundamentales en
mi vida. La pequeña protesta, no quiere marcharse, ella no entiende de horarios
ni de obligaciones
y una vez convencida tira de mí, quiere ir deprisa. A la mayor hay que
esperarla, anhela
ir despacio a su destino, la premura ya no existe.
De
pronto me doy cuenta de que yo me encuentro en la mitad de ese camino vital, en
el
ecuador
de este viaje, de esta aventura. Y, ¿qué quieres que te diga, amiga mía?,
siento cierto vértigo
al pensarlo, aunque como dijo Ingmar Bergman: “Envejecer es como escalar una
gran montaña:
mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista
más amplia
y serena.”
Con mucho cariño, tu
amiga siempre
VIRGINIA SÁNCHEZ 2º premio |
CARTA A ROSITA
Querida princesita que estás acurrucada y calladita en la redondez acogedora y grávida del vientre de tu madre.
¡Preciosa niña amada a punto de nacer!:
Este otoño casi que tiene voz de
primavera; los árboles se desnudan con hojas melodiosas, y hay rosales cuajados
de rosas por abrir; aguardan su
dehiscencia para el día en que nazcas tú
y veas la luz por vez primera. Harán honor a tu nombre, pues te llamaremos Rosa,
Rosanina o Rosita cariñosamente, nombre apropiado para la tierna florecilla que
vas a ser inundando la casa de alegría con tu presencia y tu inocencia infantil.
Todos esperamos tu llegada con verdadera
impaciencia. Uno de estos días sonará el teléfono para decirme tus padres que
estás llamando a la puerta, o mejor aun, que ya estás aquí, si así fuera, será
porque el parto ha ido bien y ha sido una horita corta para mamá. Rápidamente
emprenderé el viaje para ir a conocerte y darte la más entrañable de las
bienvenidas.
En muy poquitos días respirarás aire puro
e inhalarás las fragancias de los parques soleados de este otoño. Tus bracitos
y tus piernecitas podrán por fin estirarse y aletear. Emitirás tus primeros balbuceos
y nos harás graciosos y expresivos guiños. Nos regalarás tus sonrisas y
llantos. Buscarás su pecho de mamá para saciar el hambre que te impulse a asir
la vida. Oirás la dulce voz de mamá y papá, y sentirás el abrigo de sus protectores
brazos. El primer beso que recibas será el de mamá, el segundo el de papá, y el
tercero debería ser el de Eloito, tu querido hermano que te espera ilusionado y
te nombra sin cesar-¡cuánto sabéis los niños de amor y buenas nuevas!-.Después
querremos besarte toda la familia, acariciar tus manos y tu carita, que tendrá
la suavidad de los más delicados pétalos.
Ya verás qué apasionante y fascinante aventura es vivir, ir experimentando la
explosión tan rica y variada de percepciones y vivencias que ofrece: el trino
de los pájaros, el bramido del mar, el olor de la hierba, los azules del cielo,
la risa de los niños y el jugar junto a ellos…,el gozo de sentir el calor del
sol, el amor de los tuyos y la seguridad
del amigo, ¡ todo un despliegue de sensaciones nuevas! Aunque seas chiquita vas
a adivinar desde ya, desde el primer instante todo lo que esté bañado de amor y
movido por él.
Constantemente
me pregunto cómo serás, cómo serán tus ojos y el color de tu pelo. Me esfuerzo
en imaginarte, pero no soy capaz de ponerte rostro, aunque casi que me da igual; te voy a amar como
seas. Vas a ser mi nieta del alma a la que pienso mimar y disfrutar si Dios me
da vida ¡Qué maravilloso regalo y
asombroso milagro es la llegada de una nueva personita a la vida! Agradezco a
Dios y a tus padres que acudas a este
mundo para regalar frescura, luz, y contagiosas ganas de vivir.
Estoy segura
que serás una angelical niña, dulce y despierta, con muchas ganas de jugar y expectante
ante todo sin parar de hacer preguntas; la respuesta la irás hallando en tu caminar de pasitos lentos ahora, pero
que con el tiempo se harán rápidos y
firmes. Quiero para ti la infancia más increíblemente bella, llena de sueños,
ilusión y vivencias de amor. Pues el recuerdo de tu niñez te va a acompañar
siempre con pasmosa frescura y te servirá de referencia y nido. Ojala vivas tu
niñez con toda la paz y la felicidad que un niño merece.
No sé si mis días darán de sí para que
llegue a conocerte como adolescente y como mujer. Si no fuera así, me gustaría
que algún día leyeras esta sencilla carta que te escribe tu abuela que a estas
alturas de la vida se halla un poco cansada .Por eso tu nacimiento va a ser
agua fresa y novedad en las horas de mi
tarde y de mi otoño. Ya te presiento como esperanza salvadora, como preciosa joven
y extraordinaria mujer luchadora, hermosa, y de nobles sentimientos con
elegante alma y sincera actitud.
Ahora tu vida va a ser estreno y posibilidad, abanico
de amplios horizontes. Elije los buenos y los que motiven tu corazón. Empéñate
en ser siempre tú misma, reconociendo
tus talentos, capacidades y
limitaciones. Respeta tu ritmo, y ¡disfruta tu vuelo! sea donde sea y como sea,
pues su belleza no dependerá de su altura sino de la grandeza con la que
agites tus alas.
Sé siempre persona que actúa con la justa rebeldía, la que te facilite defender tu
felicidad y tu paz. No dudes en ponerte a mejorar el mundo y la sociedad, sea
cual sea tu misión y vocación. Elige ser grano de arena en la duna de la grandeza humana y del respeto a la persona; en
ella defenderás la libertad y dignidad tuya y de los demás, la igualdad entre
hombres y mujeres y todos los seres humanos. Sé integradora y constructiva alentando el sueño y defendiendo al débil. Busca
en cada circunstancia lo positivo que hay en ella y lo que te ayude a
crecer como persona. Valora el compromiso,y …¡siéntete orgullosa de ser mujer!
Vive tu infancia regalando frescura. Tu
juventud y madurez vívelas con ilusión y generosidad, abierta a los demás y al
mundo. Y sobre todo… ¡ama! Ama siempre, Rosa, como niña, como joven y como
mujer.
¡Ay qué retahíla de abuela!…, en vez de
estar buscando algún peluche, algún
cuento o unas botitas para ti. Descuida mi niña, también sacaré tiempo para
ello.
Con todo mi amor. Tu abuela
Virginia
Octubre 2017
Querida madre:
En estos últimos
años he pensado mucho en todas las cosas que quería decirle; cosas importantes
y cosas banales; recuerdos de mi infancia y curiosidades de la suya.
Con la madurez, madre, nos llegan los deseos de entablar
largas conversaciones, de rememorar ideas aprisionadas por el tiempo.
Siempre he querido decirle que la recuerdo, siendo yo niña,
cargada con una gavilla a las costillas; después supe que cruzaba el pueblo de
oeste a este para llevar esos sarmientos a casa que servían para calentar la
cocina y preparar la comida.
También la recuerdo lavando en la artesilla la ropa, frotando
y frotando en la tabla, tanto que a veces le veía sangrar los nudillos.
La recuerdo siempre activa, zurciendo los sietes en los
pantalones de mis hermanos, poniendo piezas en las blancas sábanas de algodón,
a las que se les pedía que fueran eternas pues el sueldo de padre no llegaba
para comprar otras nuevas.
La recuerdo subida a la escalera de madera encalando las
habitaciones, con un pañuelo en la cabeza y una canción en los labios.
Madre, muchas veces sentí la necesidad de conversar
largamente con usted, pero las prisas, la familia, los compromisos sociales,
hacían que mis visitas fueran cortas y pensaba: otro día, otro día, cuando
tenga más tiempo.
Y aquí estamos madre, las dos, una frente a la otra, yo
escribiendo esta carta, usted con los ojos clavados en mis manos y con las
suyas dedicadas a abrochar y desabrochar los botones de su chaqueta. !Tan cerca
y tan lejos!
Ahora tengo todo el tiempo del mundo, pero ya no obtengo
respuestas a mis preguntas. Mis caricias, mis besos, mis palabras de amor, han
llegado tarde. Todas mis expresiones de cariño chocan contra un muro
impenetrable; no traspasan la fina línea de la consciencia.
¿Qué nos ha hecho la vida madre?
Seudónimo:
Ciclamen.
Acabado el acto, Fernando y Pilar, alumnos del Conservatorio Profesional de Música Alcázar-Criptana, nos deleitaron con varias melodías magníficamente interpretadas, entre ellas la banda sonora de la película La Misión, de Ennio Morricone.
¡Geniales!
¡¡Hasta la próxima edición!!