martes, 5 de diciembre de 2017

CARTAS GANADORAS 2017






Transcribimos en esta entrada las cartas premiadas 2017
(tal y como nos las han enviado)


LOLA OSORIO
1º premio


 Mi querida amiga.

Te escribo estas letras sentada en un banco del parque en una tibia tarde de noviembre. ¿Cómo te encuentras? Yo estoy bien, me siento alegre, tranquila; no puedo decir feliz porque, como bien sabes, ese sentimiento nunca es completo. A nuestra edad, siempre hay alguna sombra que nos roba la quietud y nos enturbia el alma.
Este año el otoño se disfraza de verano y, a pesar de este insólito buen tiempo, no está muy concurrido este lugar. Pero no estoy sola; cerca, jugando, hay una niña, y paseando a mi alrededor con ayuda de su bastón, sin rumbo fijo pero sin cesar su caminar, se encuentra una anciana. Las dos están sumidas en sus tareas y yo me fijo en ellas, miro sus rostros, ambas sonríen; una por la pureza y la inocencia, por la falta de preocupaciones, de prejuicios, de responsabilidades,... La otra quizá, por la experiencia de lo vivido y porque después de tantos años en este mundo, sabe que la sonrisa solo se irá si ella quiere,si ella lo desea. Me saca de mis pensamientos la risa melodiosa de la pequeña, con su fuerza, con su energía, con la certeza de tenerlo todo por vivir. En este momento juega con un niño, ojalá su futuro esté lleno de esperanza, ojalá en su porvenir el llamarse hombre o mujer sea solo un indicativo biológico y tengan las
mismas oportunidades y se respeten, y busquen ser felices en un mundo lleno de paz. La anciana me mira, parece que lee mis pensamientos, quizá demasiado ilusos, pero llenos de optimismo… A ella le tocó vivir una dura época, la de una generación de mujeres incansable, necesaria, que con su fuerza, su tesón lucharon por un lugar en la sociedad, por una voz que nadie les otorgaba.
Cuánto les debemos a esas mujeres, a todas las que lucharon para cambiar la historia. No puedo dejar de contemplarla, de nuevo lleva su sabia mirada al suelo, una mirada perdida, lejos de este mundo en el que ella ya ha vivido. Casi arrastra los pies, encorvada, parece que carga un gran peso, y pienso que ese fardo está lleno de años, pero también de ausencias…
Se hace tarde, toca recoger amarras y dejar mi reflexión pero antes de marchar las llamo por sus nombres. Sí amiga, conozco a estas dos mujeres, son mis compañeras, pilares fundamentales en mi vida. La pequeña protesta, no quiere marcharse, ella no entiende de horarios ni de obligaciones y una vez convencida tira de mí, quiere ir deprisa. A la mayor hay que esperarla, anhela ir despacio a su destino, la premura ya no existe.
De pronto me doy cuenta de que yo me encuentro en la mitad de ese camino vital, en el
ecuador de este viaje, de esta aventura. Y, ¿qué quieres que te diga, amiga mía?, siento cierto vértigo al pensarlo, aunque como dijo Ingmar Bergman: “Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.”
                                                         
                      Con mucho cariño, tu amiga siempre





VIRGINIA SÁNCHEZ
2º premio

                               CARTA A ROSITA

      Querida princesita que estás acurrucada y calladita en la redondez  acogedora y grávida del vientre de tu madre.                                       

 ¡Preciosa niña amada a punto de nacer!:

      Este otoño casi que tiene voz de primavera; los árboles se desnudan con hojas melodiosas, y hay rosales cuajados de rosas  por abrir; aguardan su dehiscencia para el día en que  nazcas tú y veas la luz por vez primera. Harán honor a tu nombre, pues te llamaremos Rosa, Rosanina o Rosita cariñosamente, nombre apropiado para la tierna florecilla que vas a ser inundando la casa de alegría con tu presencia y tu  inocencia infantil.
      Todos esperamos tu llegada con verdadera impaciencia. Uno de estos días sonará el teléfono para decirme tus padres que estás llamando a la puerta, o mejor aun, que ya estás aquí, si así fuera, será porque el parto ha ido bien y ha sido una horita corta para mamá. Rápidamente emprenderé el viaje para ir a conocerte y darte la más entrañable de las bienvenidas.
      En muy poquitos días respirarás aire puro e inhalarás las fragancias de los parques soleados de este otoño. Tus bracitos y tus piernecitas podrán por fin estirarse y aletear. Emitirás tus primeros balbuceos y nos harás graciosos y expresivos guiños. Nos regalarás tus sonrisas y llantos. Buscarás su pecho de mamá para saciar el hambre que te impulse a asir la vida. Oirás la dulce voz de mamá y papá, y sentirás el abrigo de sus protectores brazos. El primer beso que recibas será el de mamá, el segundo el de papá, y el tercero debería ser el de Eloito, tu querido hermano que te espera ilusionado y te nombra sin cesar-¡cuánto sabéis los niños de amor y buenas nuevas!-.Después querremos besarte toda la familia, acariciar tus manos y tu carita, que tendrá la suavidad de los más delicados pétalos.
     Ya verás qué apasionante y fascinante  aventura es vivir, ir experimentando la explosión tan rica y variada de percepciones y vivencias que ofrece: el trino de los pájaros, el bramido del mar, el olor de la hierba, los azules del cielo, la risa de los niños y el jugar junto a ellos…,el gozo de sentir el calor del sol, el amor de los tuyos  y la seguridad del amigo, ¡ todo un despliegue de sensaciones nuevas! Aunque seas chiquita vas a adivinar desde ya, desde el primer instante todo lo que esté bañado de amor y movido por él.
     Constantemente me pregunto cómo serás, cómo serán tus ojos y el color de tu pelo. Me esfuerzo en imaginarte, pero no soy capaz de ponerte rostro, aunque  casi que me da igual; te voy a amar como seas. Vas a ser mi nieta del alma a la que pienso mimar y disfrutar si Dios me da vida ¡Qué maravilloso regalo  y asombroso milagro es la llegada de una nueva personita a la vida! Agradezco a Dios y a tus padres  que acudas a este mundo para regalar frescura, luz, y contagiosas  ganas de vivir.
Estoy segura que serás una angelical niña, dulce y despierta, con muchas ganas de jugar y expectante ante todo sin parar de hacer preguntas; la respuesta la irás hallando  en tu caminar de pasitos lentos ahora, pero que con el tiempo se harán rápidos  y firmes. Quiero para ti la infancia más increíblemente bella, llena de sueños, ilusión y vivencias de amor. Pues el recuerdo de tu niñez te va a acompañar siempre con pasmosa frescura y te servirá de referencia y nido. Ojala vivas tu niñez con toda la paz y la felicidad que un niño merece.
     No sé si mis días darán de sí para que llegue a conocerte como adolescente y como mujer. Si no fuera así, me gustaría que algún día leyeras esta sencilla carta que te escribe tu abuela que a estas alturas de la vida se halla un poco cansada .Por eso tu nacimiento va a ser agua fresa y novedad  en las horas de mi tarde y de mi otoño. Ya te presiento como esperanza salvadora, como preciosa joven y extraordinaria mujer luchadora, hermosa, y de nobles sentimientos con elegante alma y sincera actitud.
      Ahora tu vida va a ser estreno y posibilidad, abanico de amplios horizontes. Elije los buenos y los que motiven tu corazón. Empéñate en  ser siempre tú misma, reconociendo tus talentos, capacidades  y limitaciones. Respeta tu ritmo, y ¡disfruta tu vuelo! sea donde sea y como sea, pues  su belleza  no dependerá  de su altura sino de la grandeza con la que agites tus alas.
     Sé siempre persona que actúa con la justa  rebeldía, la que te facilite defender tu felicidad y tu paz. No dudes en ponerte a mejorar el mundo y la sociedad, sea cual sea tu misión y vocación. Elige ser grano de arena en la duna de la  grandeza humana y del respeto a la persona; en ella defenderás la libertad y dignidad tuya y de los demás, la igualdad entre hombres y mujeres y todos los seres humanos. Sé integradora y  constructiva  alentando el sueño y defendiendo al débil.  Busca  en cada circunstancia lo positivo que hay en ella y lo que te ayude a crecer como persona. Valora el compromiso,y …¡siéntete orgullosa de ser mujer!
     Vive tu infancia regalando frescura. Tu juventud y madurez vívelas con ilusión y generosidad, abierta a los demás y al mundo. Y sobre todo… ¡ama! Ama siempre, Rosa, como niña, como joven y como mujer.
      ¡Ay qué retahíla de abuela!…, en vez de estar buscando algún peluche,  algún cuento o unas botitas para ti. Descuida mi niña, también sacaré tiempo para ello.
 Con todo mi amor. Tu abuela
                                                 
                             Virginia
                                                        
                                                   Octubre 2017







 
PAQUITA GARCÍA-CASARRUBIOS RAMOS
Accésit


          Querida madre:

     En estos últimos años he pensado mucho en todas las cosas que quería decirle; cosas importantes y cosas banales; recuerdos de mi infancia y curiosidades de la suya.
Con la madurez, madre, nos llegan los deseos de entablar largas conversaciones, de rememorar ideas aprisionadas por el tiempo.
Siempre he querido decirle que la recuerdo, siendo yo niña, cargada con una gavilla a las costillas; después supe que cruzaba el pueblo de oeste a este para llevar esos sarmientos a casa que servían para calentar la cocina y preparar la comida.
También la recuerdo lavando en la artesilla la ropa, frotando y frotando en la tabla, tanto que a veces le veía sangrar los nudillos.
La recuerdo siempre activa, zurciendo los sietes en los pantalones de mis hermanos, poniendo piezas en las blancas sábanas de algodón, a las que se les pedía que fueran eternas pues el sueldo de padre no llegaba para comprar otras nuevas.
La recuerdo subida a la escalera de madera encalando las habitaciones, con un pañuelo en la cabeza y una canción en los labios.
Madre, muchas veces sentí la necesidad de conversar largamente con usted, pero las prisas, la familia, los compromisos sociales, hacían que mis visitas fueran cortas y pensaba: otro día, otro día, cuando tenga más tiempo.
Y aquí estamos madre, las dos, una frente a la otra, yo escribiendo esta carta, usted con los ojos clavados en mis manos y con las suyas dedicadas a abrochar y desabrochar los botones de su chaqueta. !Tan cerca y tan lejos!
Ahora tengo todo el tiempo del mundo, pero ya no obtengo respuestas a mis preguntas. Mis caricias, mis besos, mis palabras de amor, han llegado tarde. Todas mis expresiones de cariño chocan contra un muro impenetrable; no traspasan la fina línea de la consciencia.
¿Qué nos ha hecho la vida madre?


                                                                                              Seudónimo: Ciclamen.





Acabado el acto, Fernando y Pilar, alumnos del Conservatorio Profesional de Música Alcázar-Criptana, nos deleitaron con varias melodías magníficamente interpretadas, entre ellas la banda sonora de la película La Misión, de Ennio Morricone. 




 

¡Geniales!




¡¡Hasta la próxima edición!!