Laura nos trajo polémica en su última charla, además nos
pidió debate, y no era para menos, el tema que llevaba en su carpeta era el “lenguaje
sexista”.
Y es que este tipo de lenguaje crea sensibilidades
dependiendo del ámbito en el que se exprese. Observamos, por ejemplo, que al hablar del “Colegio
de médicos” no nos crea ningún conflicto, sin embargo si en una invitación a un
acto el encabezamiento es Sr. Martínez y Sra… ahí ya no nos parece tan correcto.
Hasta hace pocos años el lenguaje era demasiado machista y
es en la época de los años 80 cuando se comienzan a crear “guías” de protocolo
al escribir, haciéndose modelos para ayuntamientos, instituciones o
coloquiales. Todo requería tener una norma correcta.
El lenguaje no sexista quiere establecer igualdad entre
hombres y mujeres, partiendo del hecho de que aquello que no se nombra no
existe, por lo que si no se alude al artículo femenino es como si la mujer no
existiera, por lo tanto está en contra de cualquier lenguaje que infravalore a
la mujer. También podemos verlo como una imposición política de cara al
micrófono, la realidad en el lenguaje familiar es otra ya que se habla de
manera coloquial. Raya oír miembros y miembras, residentes y residentas….
¿Hay alguna solución para esto? Pues la propia sociedad y la
RAL (Real Academia de la Lengua) serán las que vayan modificando y normalizando
el lenguaje.
Laura nos propuso
hacer un debate dividiendo a las asistentes en dos grupos para que cada uno de
ellos defendiese cada uno de los dos lenguajes de los que estábamos hablando.
Adivinemos quien ganó…
CURIOSIDADES:
Los protagonistas de la última riña linguística son Arturo Pérez-Reverte y Francisco Rico, la T y la p, según los sillones que ocupan en la RAE
Texto: Pilar R. de los Santos
Foto: Carmen Casero
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