miércoles, 26 de marzo de 2025

 

La astronomía en Cervantes y el Quijote



El pasado viernes por la tarde, con un salón de actos abarrotado de público, tuvimos el privilegio de asistir a la conferencia titulada "Don Quijote y Sancho vuelven a Campo de Criptana" impartida por el Dr. Enrique Aparicio.

A lo largo de esta fascinante charla, exploramos la presencia de la astronomía en Don Quijote de la Mancha. Para esta ocasión, el Dr. Aparicio seleccionó cuatro capítulos de los nueve que componen su estudio, guiándonos a través de las estrellas, constelaciones y los relatos que las acompañan, revelándonos cómo Cervantes incorporó el conocimiento astronómico en su literatura.

Más allá de la aventura y la fantasía, esta conferencia nos permitió redescubrir la riqueza cultural del Quijote y cómo Cervantes utilizó a sus personajes para transmitir el saber de su tiempo. Una experiencia inspiradora que nos recuerda la eterna conexión entre literatura y ciencia. 

    Un dato especialmente emocionante es que, en 2015, la Unión Internacional de Astronomía nombró una estrella del firmamento con el nombre de Cervantes, ubicada en la constelación de Altar. Esta estrella cuenta con cuatro planetas bautizados como Quijote, Dulcinea, Sancho y Rocinante, un hermoso homenaje a la obra y su legado. 




Texto: Manoli Sánchez. Fotos: Manolo Mellado y Maty Mellado

 

viernes, 14 de marzo de 2025

 


¿Qué pasó con el etíope?

Marzo 2025. Sí, con esta incógnita, lanzada por una de nuestras socias del Club de lectura Antares, terminaba prácticamente la reunión del pasado miércoles, 12 de marzo. Nos convocaba la lectura de la novela “El último catón” de Matilde Asensi.

Un encuentro que resultó de lo más participativo y que abrió diferentes puntos de vista sobre una misma novela. Todas coincidimos en calificarla de densa, con exceso de información y de vocabulario griego. Una novela que une historia y fantasía y a la que seguramente le sobran páginas.

El balance de la novela para unas fue positivo, mientras que para otras fue negativo. Es más, hubo quien la leyó “por amor propio” o “porque no me gusta dejar a medias ningún libro”. Alguna se alegraba de que “fuera el ÚLTIMO catón” (existe una segunda parte, El regreso del catón, por si alguien está interesada).

La novela abre la curiosidad en un principio y parece que promete ser una interesante y entretenida lectura que te adentra en los misterios de la Iglesia, de las reliquias de la Santa Cruz y lo que a lo largo de los siglos ha sido la historia de su adoración y protección. Según pasan las páginas, la historia se va complicando y enredando, exigiendo una importante dosis de concentración.

Recojo algunos de los comentarios que se hicieron en el club:

-Engancha y desengancha a ratos.

-Bien documentada y argumentada.

-Necesitas un diccionario al lado e invita a buscar palabras y comprobar si los hechos tienen fundamento histórico.

-Me empezó a gustar a partir del viaje a Atenas que es cuando se enamoran Ottavia y Farag Boswell

-Sobran páginas y aventura.

-El final tan sumamente fantástico no cuadra con el desarrollo de la novela.

-Hay frases contundentes de las que se puede sacar mucho y tener en cuenta: “Hoy en día el mundo está lleno de recursos para obtener lo que uno desea. Solo tienes que priorizar, que valorar lo que es importante y lo que no lo es” (Pierantonio, hermano mayor de Ottavia)// “Una Iglesia que ha olvidado el evangelio y que para no perder sus privilegios, miente, engaña y es capaz de interpretar las palabras de Jesús a su conveniencia” (Capitán Kaspar)

-Parece una película de Indiana Jones o un Viaje al centro de la tierra de Julio Verne. Exceso de fantasía.

-Cansina, con muchos entresijos de la Iglesia y lo que más me ha gustado es la historia de amor.

-Necesito leer cosas más sencillas.

-Sorprende la actualidad que aún tienen algunas enseñanzas incluso de antes de Jesucristo. Pitágoras y su teorema es un ejemplo.

-La novela habla de celos, amistad, amor, fantasía y mafia… toca muchos temas.

-Se pierde en fantasías muy fantásticas.

La última participante en la charla insiste en un tema muy presente a lo largo de la novela, la Iglesia como institución y su oscuro y contradictorio funcionamiento.

En el aire quedó una pregunta que aún no tiene respuesta, ¿qué pasó con el etíope de los tatuajes misteriosos? Hubo quien, la búsqueda de respuesta fue su principal motivo para leer hasta el final El último catón.

Laura Figueiredo. Fotos: Maty Mellado y Manoli Sánchez


viernes, 7 de marzo de 2025

 

Marmurán, mucho más que una exposición




Esta vez la charla Antares no fue ni en miércoles ni en Campo de Criptana. La propuesta cultural nos llevó hasta Alcázar de San Juan, a la Galería de Arte Marmurán. En el cartel, Pablo Carnero, un pintor zamorano en la línea del realismo y en la trastienda una larga lista de pintores y artistas con nombres y apellidos manchegos.

Marmurán es una galería pequeña, de hecho es lo primero que sorprende cuando uno llega y más cuando el grupo suma 13 personas. Un espacio reducido que se hace enseguida muy familiar con la acogida de Ángel Maroto, fundador de la galería, y su hijo Guillermo quien desde hace poco lleva las riendas la sala de arte.

Abajo poco más de 20 cuadros de Pablo Carnero. Óleos, dibujos y grabados de un realismo agradable y cuidado. Es considerado “el pintor realista más preciso y poético del circuito artístico”

Arriba, en la trastienda, cuadros de grandes pintores que conviven en un caótico orden. Sí, allí muchas pudimos ver por primera vez óleos del artista criptanense José Díaz, quien da nombre a la sala de exposiciones de la Casa de Cultura de Campo de Criptana. Junto a él no falta obra del pintor también de la Villa de los Molinos, José Manuel Cañas. Y a partir de ahí la lista se alarga: Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, Ángel Lizcano, José Herreros, Agustín Úbeda, José Luis Samper… Y nombres que van más allá como Juan Romero, Juan Alcalde, Antonio Tapies, o Antonio Saura.

Marmurán también tiene su rincón para la escultura con obra de García Donaire, José Manuel Municio y Pedro Quesada entre otros escultores.

Al final, el arte logra agrandar el reducido espacio de la sala, dando visiones y dimensiones muy diferentes. La Galería Marmurán cumple 25 años de puertas abiertas al arte desde este rincón de La Mancha.

Y hasta ese rincón alcazareño fuimos un grupo de mujeres de Antares al que se sumaban dos buenos amigos de la asociación. La tarde-noche era fría, lluviosa y oscura, pero allá fuimos y volvimos con la alegría de haber descubierto otro espacio lleno de arte en plena Mancha

Laura Figueiredo. Fotos Manoli Sánchez y Maty Mellado

(6 de marzo de 2025) 









jueves, 27 de febrero de 2025

 

Vivimos más años y bien

Esta vez fue la doctora Dámaris Gómez-Pimpollo quien compartió con Antares y un buen número de invitadas su exposición sobre “Envejecer saludablemente”. En una primera parte, el enfoque fue el del envejecimiento desde el punto de vista demográfico y en una segunda, se abordaron temas como la alimentación, el ejercicio físico y la actividad social.

Dámaris nos sorprendió con porcentajes y gráficos que exponen claramente como en cien años y en menos, la demografía ha cambiado y las estadísticas nos muestran estadísticas con diferencias considerables. Así, para empezar, la media de esperanza de vida llega ahora a los 87 años, mientras que era una edad impensable a principios del pasado siglo. Los motivos están en una mucha mejor sanidad, cuidados, formas de vida, bienestar… A la vez que la esperanza de vida sube, también desciende drásticamente la mortandad infantil, aumentando la eficacia reproductiva.

Especial hincapié ponía la doctora en el tema del descenso poblacional, advirtiendo que lo cierto y verdad es que la población crece y crece. No hay que ser catastrofistas, decía Dámaris, quien mostraba cómo la pirámide clásica en estas últimas décadas y tras el boom de nacimientos de los 50 y 60 ha cambiado su forma. Ahora la parte más gruesa se encuentra en la mediana edad y en una edad avanzada, que son precisamente los nacidos en las décadas de tantas familias numerosas. Personas que van cumpliendo años y acercándose y superando los 60 y los 65.

Esas personas son un claro ejemplo de cómo la población vive más años y bien. Son abuelos que llevan una vida activa y se pueden, fácilmente, ver en las puertas de los colegios en convivencia con sus nietos. Son una generación que nada tiene que ver en su forma de vida y aspecto con los padres a quienes ya se les veía viejos con 50 años. Tenemos una sociedad madura y mayor relativamente sana y que puede aportar mucho a la sociedad. Es una población que vive muchos años y bien.

Con ese bien nos referimos a que goza por lo general de buena salud, calidad de vida, independencia y bienestar.

Muy interesante y cierto, era el gráfico en el que en un triángulo isósceles el peso mayor recaía en la actividad, siendo menor en los lados del ser y el estar. Es con el tiempo cuando la actividad disminuye o se transforma y el ser y estar cobra más presencia y peso. Más solera.

Alimentación, ejercicio físico y bienestar

emocional

En esta segunda parte, Dámaris se centró en lo que no por veces repetido, no venga bien escucharlo una vez más. Siempre aporta alguna novedad.

Alimentación con dieta mediterránea, beber 2 litros de agua al día y alimentos ricos en calcio.

Ejercicio físico, algo en lo que la gran mayoría de las personas que van entrando en edades más avanzadas están muy concienciadas. Buscar el ejercicio que nos guste, saberlo hacer con moderación y adecuado a nuestras capacidades es importante: natación, yoga, caminar, pilates, andar (recomienda con dos bastones para no dañar las rodillas).

En cuanto al bienestar emocional, es esencial mantener una vida social y la relación familiar con amor. El poder de la compañía y la amistad es muy importante, así como la capacidad de dar y recibir. Desarrollar hobbies y disfrutar del tiempo libre y esencial: mantener la ilusión, metas que nos estimulen. Con la edad se van renunciando a unas, pero hay que sustituirlas por otras.

La actividad mental, ejercitar el aprendizaje y no dejarnos avasallar por las novedades tecnológicas. Pedir paciencia y que se nos enseñe.

Es muy habitual la tendencia a no reconocer el paso de los años. Hay que saber y reconocer nuestras limitaciones y no quedarnos parados en ellas, pero tampoco ignorarlas sin poner precaución y medios.

Dámaris, comenzaba la charla con una diapositiva de las famosas Chicas de oro y terminaba con una diapositiva en la que se podía ver a nuestra chirigota “Lo que resudan los molinos” en plena actuación llena de humor con la frase…

El final a la exposición, que contó con mucha participación del público, lo puso Dámaris con un poema de Benedetti.

Gracias Dámaris, esperamos que vuelvas.

Laura Figueiredo y fotos de Matilde Mellado y Manoli Sánchez


AQUÍ NO HAY VIEJOS, SIMPLEMENTE NOS LLEGÓ LA TARDE 

Aquí no hay viejos

Solo, nos llegó la tarde:

Una tarde cargada de experiencia

Experiencia para dar consejos.

Aquí no hay viejos

Solo nos llegó la tarde.

Viejo es el mar y se agiganta.

Viejo es el sol y nos calienta.

Vieja es la luna y nos alumbra.

Vieja es la tierra y nos da vida.

Viejo es el amor y nos alienta.

Aquí no hay viejos

Solo nos llegó la tarde.

Somos seres llenos de saber.

Graduados en la escuela.

De la vida y en el tiempo

Que nos dio el postgrado.

Subimos al árbol de la vida.

Cortamos de sus frutos lo mejor.

Son esos frutos nuestros hijos.

Que cuidamos con paciencia.

Nos revierte esa paciencia con amor.

Fueron niños, son hombres, serán viejos.

La mañana vendrá y llegará la tarde.

Y ellos también darán consejos.

Aquí no hay viejos

Solo nos llegó la tarde.

Joven: si en tu caminar encuentras.

Seres de andar pausado.

De miradas serenas y cariñosas.

De piel rugosa, de manos temblorosas.

No los ignores ayúdalos.

Protégelos ampáralos.

Bríndales tu mano amiga.

Tu cariño.

Toma en cuenta que un día.

También a ti, te llegará la tarde.

Mario Benedetti

 

sábado, 22 de febrero de 2025

 

Una cata con un final muy amargo

Ese era el sabor con el que terminaba la cata de vinos. Un sabor amargo con un color oscuro, un tacto hiriente y un olor a tragedia. Sus caras siempre amigables y agradables, se marcharon desencajadas y angustiadas. Poco después, llegaba la dramática noticia, Álvaro, el nieto de 3 años de nuestros amigos, Dinita y Alipio, moría asfixiado por una maldita uva. El intento de reanimación no pudo dar vida. Y así, de un momento a otro, lo que era y estaba siendo un encuentro feliz se transformó en una despedida sin palabras y llena de dolor.

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Queridos Dinita y Alipio, pocas palabras para un dolor tan grande. Desde esta asociación, Antares, a la que tanto habéis aportado y seguís aportando, un abrazo de corazón.

Un abrazo y un poema muy llorado de nuestra poeta, Juana Pinés.


Hay veces que la noche se nos derrama en sombras,

en puñales de luto que nos matan el alma,

en negros alacranes cegándonos los ojos,

en silencios de fuego con escozor de lágrimas.


Hay veces que la muerte llega así, prematura,

irrevocable, altiva, indiferente, amarga,

y troncha lo más puro, lo más bello que había,

la sagrada inocencia, el candor de la infancia.


Sé que la sal se ha hecho dueña de vuestros ojos,

que os estorba la vida, que el dolor no os alcanza

para tanta derrota, para tanto tormento,

para esa negra angustia que muerde a

dentelladas.

Pero tal vez ya exista un cortejo de estrellas

cabalgando en silencio en medio de las albas

para buscarle al niño que tan temprano duerme

un lecho suave y tibio hecho de nubes blancas,

o un jardín que sea eterno, hermoso para 

siempre,

lleno de colibríes, de flores y fragancias

para abrazar su cuerpo con tibiezas de madre

y arrullarle muy suave, y cantarle una nana.


Juana Pinés y con ella Antares

jueves, 13 de febrero de 2025

 



Un granito de arena a favor de Juan Valdés

 Leal


El granito de arena lo puso Jesús Vaquero, graduado en Historia del Arte con el aplauso de la Asociación Antares de Campo de Criptana. Era miércoles, 12 de febrero y tocaba charla.
Jesús primero nos sitúo ante la figura de Juan Valdés, un hombre del siglo XVII, pintor, escultor, arquitecto... una persona poliédrica muy propia del Siglo de Oro español. Un artista que desarrolló prácticamente todo su trabajo en Sevilla donde tenía su taller.  La ciudad hispalense gozaba de una actividad intensa gracias al comercio con América. Instalada en la prosperidad económica y en la religiosidad férrea, nos indicaba Jesús.  De hecho, hablamos de una España sumida en la Contrarreforma tras el surgimiento del protestantismo y en un estilo artístico, el Barroco, con sus formas exultantes, llenas de movimiento y de contrastes.


Juan Valdés carga con la leyenda negra que sobre él se teje en el siglo XIX. Se le describe como un hombre de mal carácter, iracundo, extraño y violento. Un perfil que nace en gran medida de sus pinturas oscuras y tristes y que le valió el sobrenombre de “pintor de la muerte”. Contemporáneo del también pintor sevillano, Murillo a quien por el contrario se le conoció por el pintor de la luz. La fama mala de uno frente y la buena fama del otro evitaron que los franceses se llevaran cuadros del pintor de la muerte mientras que muchos del pintor de la luz fueron robados y llevados hasta Francia durante la invasión de Napoleón.
Juan Valdés se forma en Sevilla primero para pasar luego a Córdoba donde va adquiriendo fama en el taller del maestro Antonio del Castillo. Se traslada de nuevo a Sevilla donde reside ya el resto de su vida.
Jesús Vaquero nos fue llevando de un cuadro a otro. Todos de temática religiosa y para decorar y formar parte de conventos, altares, iglesias e instituciones eclesiásticas. En ellos, nuestro conferenciante, nos fue enseñando los detalles propios del Barroco como el contraste entre la serenidad de rostros frente al sufrimiento y caras desencajadas de otros. Espacios con multitud de personas aglomeradas, en movimiento, con posturas forzadas, pinturas explosivas en las que el cristianismo siempre vence ante la irrupción del mal. Valdés se descubre como el pintor del barroco pleno.
Nuestro artista sevillano pintaba muy deprisa y es amplia su obra. Trabajó mucho y contó sin embargo con pocos medios económicos. Por el contrario, su rival, Murillo fue un pintor menos prolífico y con muchos más recursos.
Jesús Vaquero fue pasando por la pantalla cuadros de Valdés  explicando y resaltando sus características, simbología y anécdotas: La exaltación de la cruz, La flagelación de San Jerónimo, Procesión de Santa Clara y La Expulsión de los sarracenos, Los esponsales de la Virgen María y San José; El sacrificio de Isaac; una Inmaculada para la Iglesia de S. Benito; serie de S. Ignacio de Loyola; San Fernando…hasta llegar a la última parte de la conferencia con los Jeroglíficos de las postrimerías encargados por la Hermandad de la Santa Caridad y que todavía se pueden ver en la Iglesia del Hospital de la Caridad en Sevilla.






Se encargaron a Valdés Leal dos pinturas para esta capilla hospitalaria: In ictu oculi y Finis gloriae mundi que aluden a lo efímero de la vida terrena y a la universalidad de la muerte. Y es que como nos decía Jesús, la muerte nos iguala a todos. Fueron estas pinturas sin escrúpulos para presentar el rostro de la muerte y lo que esta descompone el cuerpo, lo que valió a nuestro pintor el nombre de “pintor de la muerte”.



Gracias Jesús por tu participación y por compartir con Antares tus conocimientos y además hacerlo de una manera tan amena y didáctica.
Y este ha sido el grano de arena que entre todos hemos puesto a favor de la figura y el trabajo de Juan Valdés Leal, un pintor también de la vida y cuya fama fue limitada bajo la sombra de Murillo.
Laura Figueiredo y Matilde Mellado


miércoles, 12 de febrero de 2025

 

Entre tambores y cornetas, más de un siglo de historia


Hace unos días tuvimos el honor de disfrutar de una visita guiada a la exposición "INCIENSO, LATÓN Y PIEL", organizada por la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Elevación con motivo de su 35º aniversario.
Nos acompañó como guía Javier Escudero, un joven que vive la banda con pasión, que nos transmitió con entusiasmo la historia y el significado de esta gran banda. Una exposición llena de emoción, tradición y música. ¡Felicidades a la banda por estos 35 años de trayectoria!









Descubriendo la historia y curiosidades de nuestra música procesional
La exposición comienza con la presencia de los titulares de la Hermandad: el Cristo de la Expiración y la Santísima Virgen de la Esperanza, Banderín de la Banda y unos clarines con banderines que, curiosamente, nunca llegaron a estrenarse.
Al adentrarnos en la primera sala, nos encontramos con los orígenes de las bandas de Campo de Criptana. Destaca la imagen del trompetero, el traje de la 1ª Centuria de Soldados Romanos,(recreado para la exposición )llamativo es su casco, una pieza auténtica de la época antigua. Fotografías de este grupo fechadas en 1923 y documentos históricos que nos trasladan a otra época.
En la siguiente estancia, vemos un traje de la 2ª Centuria de Soldados Romanos, confeccionado especialmente para esta exposición. .
Siguiendo nuestro recorrido, nos detenemos ante la vitrina donde está expuesta una gaita, un instrumento que, según nos cuenta Javi, intentó introducirse en la banda con ánimo de innovar. Sin embargo, la historia nos dice que no tuvo éxito: las gaitas llegaron un Jueves Santo por la mañana, apenas hubo tiempo de ensayo. Al pueblo no le convenció su sonido. Tanto fue así, que al verlos desfilar, la gente comentaba: "Mira, ya vienen los gatillos".
Otra curiosidad que nos muestra la exposición en las fotografías es la juventud de los miembros de las bandas. Antiguamente, una vez que los músicos regresaban del servicio militar, no solían reincorporarse, ya que no estaba bien visto que siguieran tocando, pues se les consideraba adultos y con otras responsabilidades.
Seguimos descubriendo más historias sobre las bandas, sus trajes e instrumentos. Nos detenemos ante un tambor hecho a mano, testigo del esfuerzo y la dedicación de generaciones de músicos. A nuestro alrededor, carteles, fotografías y banderines que nos cuentan la evolución de estas agrupaciones a lo largo del tiempo.


Un legado musical lleno de historia
A lo largo de los años, las bandas de Cornetas y Tambores de Campo de Criptana han ido evolucionando, dejando una huella imborrable en nuestra tradición.
Tras la Guerra Civil, surge la Banda Frente de Juventudes, que más tarde se transforma en OJE y finalmente en San Fernando, banda que se mantuvo activa hasta su desaparición en 1990.
En 1984 nace la Banda de la Veracruz, que en 1989/90 pasa a llamarse Blanca Paloma, permaneciendo hasta 2002. Posteriormente, en 1996, se funda la Banda de Jesús de Medinaceli, que estuvo en activo hasta 2007.
Una de las hermandades con mayor influencia en las bandas de la localidad ha sido sin duda la Hermandad de la Veracruz, impulsora de muchas de ellas. También cabe destacar la Banda de San Juan (1959-1973), que tuvo el honor de desfilar en la Plaza de Callao de Madrid.
Javi nos habla de la existencia de la Banda de la Virgen de Criptana y Cristo de Villajos (1961-1973), una agrupación poco conocida y que nunca llegó a tocar en Campo de Criptana. Solo desfiló una vez por el pueblo, desde la estación hasta la plaza, tras regresar de actuar en otra localidad.
Con la desaparición de la Banda de San Fernando, nace la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Elevación, que continúa con la tradición musical en nuestra Semana Santa.
Un hito importante en esta historia es la incorporación de la mujer a las bandas. En los años 80, su presencia se hace notar en la Banda de San Fernando, pero en un papel diferente, el de majorett. No es hasta mediados de los 90 cuando la mujer comienza a formar parte como músicas, dando sus primeros pasos en la Banda de la Blanca Paloma
El recorrido concluye con la historia más reciente de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Elevación, reflejo de su evolución y consolidación en estos 35 años.

Una exposición llena de historia, anécdotas y pasión por la música que ha merecido la pena visitar

Gracias, Javi, por compartir con nosotros tu conocimiento y pasión. Ha sido más de una hora repleta de historia, anécdotas y emociones, que nos han permitido conocer y valorar aún más el legado de las bandas de Cornetas y Tambores de Campo de Criptana.

¡Una exposición que sin duda ha dejado huella!

Manoli Sánchez y Laura Figueiredo