Hieronymus Bosch, más conocido como El Bosco, pintor neerlandés, nacido en 1450 y murió en 1516. Tuvo gran influencia en España debido a que era el pintor favorito del rey Felipe II, quien adoraba su obra. Es por ello que muchos de sus cuadros se encuentran en el Museo del Prado y El Escorial.
Su obra está realizada al final de la Edad Media, época de escepticismo y pesimismo, lo que dejará una notable influencia en todos sus cuadros, donde el protagonismo lo tendrá la Humanidad incurriendo en el pecado y condenada al infierno, única vía de redención. Por todo ello, por los temas que representan sus cuadros fue considerado un pintor herático (hereje), sin embargo era muy cristiano y perteneció a fundaciones Marianas.
El cuadro más conocido de este autor es “El Jardín de las Delicias” y, como dato curioso decir que en los últimos días del pintor estaba colocado frente a su cama. El motivo es que en él hay pintado un búho y en esa época la creencia era que dicho animal se encargaba de llevar las almas al reino de Hades (las profundidades)
“El Jardín de las Delicias”, Museo del PradoEl tríptico cerrado representa en grisalla el tercer día de la creación del Mundo, con Dios Padre como Creador, según sendas inscripciones en cada tabla: “Él mismo lo dijo y todo fue hecho” y “Él mismo lo ordenó y todo fue creado” Génesis (1:9-13).“El Jardín de las Delicias” cerrado"Otro cuadro interesante de este autor es"La Mesa de los Pecados Capitales"
En el centro de la obra está representado Cristo y alrededor los siete pecados capitales, lo que le da el título a la obra. En sus esquinas están representados
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Óleo sobre tabla • Gótico |
Museo del Prado, Madrid, España |
SIMBOLOGÍA
El pintor representa a la medicina con una lata en la cabeza: Atolondrada
A la iglesia que interviene en todos los aspectos de la sociedad: Dando pautas
La Ciencia con el libro en la cabeza: No se la tiene en cuenta
Los tulipanes sobre la mesa: El dinero que va a pagar el paciente para que lo curen
"El carro de heno". Tríptico. Estilo Gótico-Flamenco.
En la tabla central se representa un proverbio popular flamenco: "Los placeres y las riquezas van en un carro de heno de efímera
existencia". El heno representa las riquezas temporales, objeto de
codicia. Detrás del carro se observa al Rey de Francia, al
Papa y al Emperador de Alemania, de tal forma que todos, ricos y pobres, van por la vida tentados por los placeres y alejándose de Dios.
Arriba en el cielo se encuentra Cristo, quién observa a la humanidad y
muestra las heridas del martirio que recibió para redimirla.
El carro de heno |
Óleo sobre tabla • Renacimiento |
Museo del Prado El tríptico del Carro de heno, cuando está cerrado, presenta el tema del vendedor ambulante, simbolizando el camino de la vida con un peregrino. |
CURIOSIDADES
-- El hombre de la Edad Media sólo piensa en los demonios que le tientan y le alejan de Dios, cualquier cosa que le ocurra lo atribuye a ellos
--Esa época la podemos comparar con la nuestra por la destrucción del mundo y el ansia de riquezas
--La iglesia, para recaudar dinero, comienza a vender bulas. Las indulgencias jugaron en su momento un rol central en la historia del cristianismo. En efecto, en el siglo XVI, los abusos y el tráfico al que dieron lugar fueron el motivo principal que llevaron a Martín Lutero a enfrentarse con la Iglesia Católica constituyendo así el detonante de la reforma protestante. Como consecuencia de ello la Iglesia Católica creó el Tribunal de la Inquisición,
teniendo en Espeña a su mayor representante en la persona de Tomás de Torquemada
Hola muy bueno vuestro trabajo sobre el Bosco, me gustaría compartir con vosotras este relato que hice hace unos años, en el cual tiene algo de protagonismo uno de los cuadros.
ResponderEliminarhttp://gallego-angora.blogspot.com.es/2011/02/el-cuadro.html
Aquí la descripción de el cuadro:
EliminarEn el relato no me paro nada más que en la mitad de la foto, la parte superior. Es la que necesitaba para la historia.
No menciono en ningún momento, al pajarraco sentado en la trona devorando una figura humana, como si fuese el juez para el juicio final. Ni a la pareja lujuriosa, de un hombre con un jabalí que va tocado por un velo de monja, que representan al pecado capital. El tambor rendido a la batalla, el arpa clavada en una especie de laud que ésta a su vez aplasta a otra figura humana. Las dos hienas carroñeras devorando a otro humano, representando la gula. La liebre con pintas de ser superior y más inteligente que nuestra propia raza. En esos dos cuchillos gigantes, que bien podían recordar al homicida de mi historia, el arma con la que mató a su mujer. La res del medio con cabeza humana, y cuerpo calavérico, que en su huequedad alberga una especie de vivienda, como si fuera un arca, para salvar al que se lo merezca del apocalíptico caos que se ve expresado por el pintor en todo el cuadro, y no solamente en el río. Todas la figuras humanas que se han pintado en la obra son de un color rosado, como si se tratase de nobles, y el autor quisiera destacar la decadencia de esta clase social en la época. Aparecen todos desnudos en cuero vivo, menos la figura femenina que está vestida de rojo claro sin llegar a ser rosa del todo y se apoya a un instrumento que recuerda a esas máquinas de las ferias para medir la fuerza, cuando se les golpea con un mazo en la parte baja, que hace de base para fijarse al suelo. No he comentado nada del arquero, que va corriendo, ni del niño con casco de caballero mediaval en su cabeza y tiene una flecha clavada en su nalga. Ni del señor caído en el suelo agonizante con un jeringa clavada en su mano que la atraviesa del dorso a la palma, que se asemejan a los clavos de un crucificado.. La capsula verde con la puerta abierta y un ángel amarillo de guardián, como si fuese el ascensor que nos elevará fuera, a las alturas de un paraiso. Y esa pequeña figura de azul que cubre su cabeza con la capucha y con la capa está tapando o protegiendo a una joven que también está desnuda y desamparada. Ni de la otra figura humana que se balancea inerte, introducida en el agujero de una llave que está colgando de una lanza, clavada en una piel que protege de nada. El badajo de la campana, que hay debajo de está piel, son unas piernas humanas; nos está advirtiendo, que la iglesia a la hora de la verdad no nos servirá en la salvación.. Ni de la única escalera que da acceso al interior del cuerpo de la res, que sus dos pilares que la sujetan, son dos troncos de árboles secos y sus raíces se introducen al río atravesando dos embarcaciones destrozadas que no sirven ya.
(ANGORA)
Muchísimas gracias ANGORA por esta aportación tan interesante y curiosa que viene a completar esta entrada en nuestro Blog.
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