martes, 13 de enero de 2015

BERNINI Y SU ESCULTURA EN LA ÉPOCA DE SANTA TERESA




     La tarde en que volvíamos a ver tras las vacaciones veraniegas a María José tenía pensado hablarnos de Santa Teresa, por estar cercana la celebración de su V Centenario, pero le resultaba algo complicado debido a la complejidad de su vida y sus obras, de modo que pensó que hablándonos de Bernini y una de sus obras más conocidas, "El éxtasis de Santa Teresa", veríamos un pasaje de la vida de esta Santa. Pero los que conocemos a esta mujer tan especial y docta en su materia ya sabemos que ceñirse a una sola cosa le es imposible, así que no sólo nos habló de esta obra...

     Gian Lorenzo Bernini fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y está considerado como el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico Barroco. En una sola palabra…un genio.

     Nacido en 1598, de origen napolitano, llegó a Roma cuando a su padre, el escultor Pietro Bernini, le encomiendan la construcción de una fuente. Dio vida a la Reforma de Italia cambiando su urbanismo y canalizando todas las fuentes que creó, siendo sus mecenas el Papa Urbano VIII y el cardenal Borghese, quienes apoyaron su obra, pudiendo ejercer, por y gracias a ello, muy libremente su profesión. Supo dar luz tanto a la pintura como a la escultura y a la arquitectura, teniendo en su hermano Luigi al mejor ayudante.




                                                        ALGUNAS DE SUS  OBRAS                                  



La Cabra Amaltea
-Su primera escultura, cuando tenía unos 17 años, fue “La Cabra Amaltea”,  comenzando a dar luz al mármol, creando claroscuros a base de pulirlo.





San Lorenzo
-Otra de sus obras, San Lorenzo, con llamas que salen desde la parrilla, donde reflejó con maestría los estados del alma.
Como anécdota decir que él era su propio modelo y para poder reflejar el dolor en esta obra se quemó el brazo, ya que San Lorenzo fue mártir por morir quemado (cuentan que dijo el santo: “podéis darme la vuelta que por este lado ya estoy quemado” y en ese momento comenzó a oler a rosas)





San Sebastián
-San Sebastián, Propiedad de la familia Thyssen permanecerá en el





El David de Bernini 

































-El David. Esta escultura tiene las influencias de la de Miguel Ángel, volviendo a la belleza del Renacimiento, con una ligera diferencia, mientras que en la escultura de Miguel Ángel el personaje se encuentra como pensando en cómo tirará la onda, en la de Bernini la está tirando. El autor capta perfectamente el movimiento, una de las características principales del Barroco.









El rapto de Proserpina


  -El rapto de Proserpina  Otra obra creada teniendo en cuenta una anterior, El rapto de Las Sabinas 
Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.
La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto, con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (mitología)
Es notable la representación de los detalles: Proserpina empuja la cabeza de Plutón estirando su piel, y los dedos de este aprietan cruelmente la carne de Proserpina tratando de inmovilizarla. También podemos observar los brazos musculosos, los nervios, las venas, las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero, que siempre acompaña a Plutón, ladrando. 
               
Detalle-presión de la mano en el muslo-
                                  


Una de las fuentes de Roma







-El Tritón, una de las centenares fuentes de Roma. Representa el triunfal pasaje de Ovidio en "Las Metamorfosis" evocando un control similar al dios sobre las aguas y describiendo el secado tras el Diluvio Universal. El Papa Urbano le dio a Bernini el encargo para ilustrarlo.











Cardenal Borghese

-El Cardenal Borghese, su mecenas. En esta obra hizo un trabajo exquisito. 
Trató la piedra de tal modo que la
piel tiene una fina pátina que le da aspecto sudoroso. Los ojos los esculpió
 de manera que parecen destellar. Al estar haciendo esta escultura el escoplo se le escapó y rompió la frente. 
En su desesperación, Bernini hizo 
una copia en tan solo unas noches 




                                   Anécdota aquí:
http://galleriaborghese.beniculturali.it/index.php?es/110/bernini-busto-del-cardenal-scipione-borghese )














Cardenal Richelieu


En tiempos del artista Francia y España mantenían una lucha por mostrar su presencia en
Roma y en el papado. Bernini, al que no le gustaba nada España, trabajó para Francia hasta que se molestó con el 
Cardenal Richelieu. Este había encargado al artista una estatua de su persona y Bernini, poco simpatizante de este personaje, decidió hacer solo el busto.














 "El éxtasis de Santa Teresa", Grupo escultórico realizado en mármol blanco por Bernini entre 1645 y 1652



Con esta obra supo Bernini lograr unos efectos escenográficos alucinantes, irreales por la luz y el volumen, sin límites definidos y todo para plasmar el clímax de la Santa en la estatua. Ese efecto luminoso hace que las figuras parezcan suspendidas en el aire.
Sigue tratando los claroscuros, la alegoría al movimiento se refleja en los hábitos. Podemos observar una contraposición entre la imagen virulenta de ella y la pasividad del ángel.

Santa Teresa nos cuenta en el escrito autobiográfico "Libro de la Vida" como un querubí le atraviesa el corazón con un dardo de oro. Esta es la escena que recoge Bernini, el momento en el que el ángel saca la flecha y la expresión del rostro que muestra los sentimientos de Santa Teresa, mezcla de dolor y placer. Según sus propias palabras:
Detalle del rostro
«Vía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla. [...] No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan ecendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman Querubines [...]. Viale en las manos un dardo de oro largo, y al fin de el hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto.»
Libro de la Vida. Capítulo XXIX

Esta obra de Bernini se encuentra en la iglesia carmelita descalza de Santa Maria della Victoria de Roma, mandada erigir por el cardenal veneciano Federico Cornaro para mostrarnos un suceso que acontece en la España del XVI.
Los Cornaro, desde las tribunas laterales, son testigos de lo que está ocurriendo, lo comentan y lo discuten.



El conjunto de la obra 
con la familia Cornaro en los palcos

Detalle de la Cúpula



Biografía de Santa Teresa, enlace para conocer algo más de su vida
     


Otra obra de Bernini en la que plasma de nuevo el éxtasis es la de 



Este momento que Bernini capta con tanta precisión en sus esculturas es lo que describen algunos expertos como la "idealización de la muerte"




Para finalizar el tema de hoy lo hacemos con la obra que dedicó al hombre que más influyó en la reforma de Roma y en su vida: el Papa Urbano VIII

Tumba de Urbano VIII




                                                                           CURIOSIDADES                                        


-En aquella época la nobleza y el clero competían en lujos, no sólo en palacios, también en obras de arte, y Bernini tuvo en ello el éxito asegurado ya que era un artista querido y “mimado” tanto por una como por otro.

-Bernini admiró tanto a sus antecesores que algunas de sus obras copiaron a las de aquellos.

-Era tan teatrero que incluso llegó a escribir obras de teatro.

-Tuvo una amante, Constanza, mujer casada con uno de sus colaboradores, Matteo Buonarelli, y que fue su gran amor hasta que descubrió que estaba liada con su hermano, al que quiso matar. 
De esta mujer hizo un busto al que dotó de sensual altivez, que no arrogancia, con un cuello terso, vigoroso cabello, labios carnosos ligeramente separados, blusa ligeramente abierta...Rasgos que contribuyen a dar toda la sensualidad que la imagen refleja.



Texto e imágenes: Pilar R. de los Santos

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