domingo, 22 de noviembre de 2015

JACQUES-LOUIS DAVID y EL NEOCLASICISMO (historia de una revolución contada a través de la pintura)






Hemos retomado nuestras charlas de arte con un pintor de lujo, Jacques Louis David

María José nos trae a Jacques Louis David como el primer artista de este nuevo curso y nos deja en el aire una pregunta:
“¿El poder del arte puede influir en el arte del poder?”

Intentaremos resolverla a lo largo de su charla con las pistas que va dando mientras nos muestra una época de la historia, la Revolución Francesa, plasmada en las obras de este pintor, uno de los mayores representantes del Neoclasicismo.

David nació bajo el seno de una familia acomodada. Quedando huérfano a edad temprana vivió bajo la tutela de sus tíos. El hecho de ser un pequeño con buena situación económica y conexiones, le permitió estudiar en excelentes colegios y, lo más importante, con notables Maestros de Arte, como el pintor rococó François Boucher, quien utilizando sus influencias lo mandó años después a la Academia de Roma, donde pudo “ver” todas las Obras maestras incluidas la de su pintor favorito, Rafael, algo que influyó notablemente en su pintura.

David pasó a ser el pintor de la Corte de Luis XV, un rey al que le gustaba mostrar el lujo en las pinturas, sin embargo había ciertas personas influyentes a las que esto no les parecía bien, entre ellas Madame Pompadour, amante del rey. Estas personas eran quienes pretendían que Francia revolucionara el mundo con la pintura. Y ahí estaba Jacques Louis David para lograrlo con sus obras.


EL AUTOR Y SU OBRA
"La muerte de Séneca"
Es con este cuadro con el que David comienza una nueva época en el arte, el Neoclasicismo
Jacques-Louis David escogió este relato histórico sobre el suicidio de Séneca,quién decidió ejecutarlo tras conocer la condena a muerte decidida por Nerón como consecuencia de la supuesta implicación del filósofo hispano en la conjura de Pisón



Belisario pidiendo limosna

Prohibida su exibición durante un tiempo, la obra nos muestra a Belisario, héroe del Imperio bizantino, comandante en jefe bajo las órdenes de Justiniano I, derrotó a los vándalos en África del Norte, posteriormente, el emperador lo hizo cegar. El Belisario de David nos muestra a un héroe caído, viejo y ciego, mendigando en la calle en compañía de un joven niño mientras que uno de sus antiguos soldados, con gran asombro, reconoce al viejo. 
Las manos de los tres personajes, tendidas horizontalmente conducen a esta idea de debilidad, de necesidad de ayuda y caridad. Mientras que el soldado, en segundo plano, tiene las manos levantadas verticalmente, lo que señala su asombro. Las tres edades representadas difunden una idea de la gloria humana y del naufragio de la vejez.



La mujer de Héctor

Héctor mató a Patroclo, Aquiles mató a Héctor y humilló el cadáver de su enemigo en el funeral. Sin embargo, Andrómaca consiguió que el griego le devolviera el cuerpo de su esposo para honrarlo a su vez. Aquí podemos ver la escena. David va depurando su estilo, que veíamos agitado y sentimental en el Funeral de Patroclo. En esta ocasión, ha realizado una severa composición geométrica en una gama casi monócroma, lo que le da un aspecto muy frío. Andrómaca, con los ojos llenos de lágrimas, acoge su hijo e implora a los dioses acerca del destino de su esposo. El hermoso pero gélido cuerpo de Héctor yace en un lecho, coronado con laurel como un triunfador, con las armas a los pies de la cama. El mobiliario y las armas fueron copiados por David de grabados y relieves antiguos. 
En los relieves de la cama podemos intuir la historia de Troya, con la escena de la muerte de Héctor al final, tras el respaldo de Andrómaca, como punto final de un ciclo iniciado mucho antes.


El juramento de los Horacios
La obra representa el cumplimiento del deber por encima de cualquier sentimiento personal. Representa a Los Horacios, unos trillizos romanos masculinos destinados a la guerra contra los Curiacios, también trillizos masculinos, para resolver la disputa entre los romanos y la ciudad de Alba Longa. Es época de guerras entre Roma y Alba, en 669 a. C. y la disputa entre las dos ciudades debe resolverse mediante un combate entre los tres hermanos Horacio y los tres Curiacios. El drama radica en el hecho de que una de las hermanas de los Curiacios, Sabina, está casada con uno de los Horacios, mientras que una de las hermanas de los Horacios, Camila, está prometida a uno de los Curiacios. A pesar de los lazos entre las dos familias, el padre Horacio exhorta a sus hijos a luchar contra los Curiacios, y ellos obedecen, a pesar de los lamentos de las mujeres.

Retrato del matrimonio Lavoisier
En esta época el artista comienza a realizar una serie de cuadros de temática más familiar. Aplica a la pintura los pricipios de clasicismo. Aquí destacan los gestos naturales y la minucionsidad en el descripción de los instrumentos de química. 
Lavoisier era un eminente físico, miembro de la élite intelectual liberal que recomendaba reformas políticas moderadas. Fue guillotinado en 1794 por haber ostentado el cargo de recaudador general.




Los lictores llevan a Bruto el cuerpo de sus hijos

La pintura representa a Lucio Junio Bruto, el líder romano, lamentándose por sus hijos. Los hijos de Bruto habían intentado derrocar al gobierno y restaurar la monarquía, así que el padre ordenó su muerte para mantener la república. Así, Bruto resultaba ser el heroico defensor de la república, aunque le costase su propia familia. A la derecha, la madre sostiene a sus dos hijas, y la abuela se ve en el extremo derecho, angustiada. Bruto se sienta a la izquierda, solo, melancólico, pero sabiendo que lo que ha hecho es lo mejor para su país. 
Sobre la mesa vemos un cesto de costura del que sobresalen unas tijeras, cosa que hace alusión a la muerte.

El juramento del Juego de Pelota

El 20 de junio de 1790 se celebró el aniversario del primer acto de rebeldía contra el rey. Allí estaba David. Esperando conmemorar el acontecimiento en una pintura, los jacobinos, revolucionarios que acostumbraban a reunirse en el monasterio jacobino, decidieron elegir al pintor «cuyo genio anticipó la revolución». David aceptó, y comenzó a trabajar en un lienzo colosal. La pintura nunca se terminó por completo, debido a su inmenso tamaño (10,67 metros por 10,97 m) y porque algunas de las personas que debían aparecer representadas desaparecieron durante el reinado del Terror. Pero existen algunos dibujos acabados y partes del lienzo original también se conservan, mostrando figuras desnudas con cabezas totalmente pintadas.
Podemos entender que el detalle del viento en las cortinas alude a los aires nuevos que comienzan en Francia.

Le Peletier

Le Peletier fue asesinado el día anterior por un guardaespaldas realista, como venganza por haber votado a favor de la muerte del Rey. David fue el encargado de organizar el funeral, y pintó Le Peletier asesinado. En este cuadro se ve la espada del asesino colgada por una sola hebra de crin de caballo sobre el cuerpo de Le Peletier, un concepto inspirado por la proverbial espada de Damocles, que ilustraba la inseguridad del poder y la posición. Esto subrayaba el valor de Le Peletier y sus compañeros en relación con el rey opresor. La espada atraviesa un trozo de papel sobre el que está escrito «Yo voto la muerte del tirano», y como tributo, en el extremo derecho del cuadro, David colocó la inscripción «David a Le Peletier. 20 de enero de 1793». 
El cuadro fue más tarde destruido por la hija realista de Le Peletier, y sólo se conoce por un dibujo, un grabado, y descripciones contemporáneas. No obstante, esta obra fue importante en la carrera de David, porque fue la primera pintura acabada de la Revolución francesa, hecha en menos de tres meses.

La muerte de Marat

 “La muerte de Marat” es la Obra de David más conocida; Jean Paul Marat es el periodista y parlamentario revolucionario que fue asesinado por Carlota Corday, en ella David muestra todo el afecto que tenía por su intimo amigo.
David tenia un defecto en su boca, producto de una bala recibida durante un duelo, esto no le permitía hablar con fluidez, todo lo contrario de su amigo Marat que asombraba a su público con una oratoria digna de aplaudir.
Vemos en esta Obra un tratamiento “Sacro”, que nos remite a los mártires católicos, quizás producto de la influencia italiana de David. También nos recuerda, de cierta manera, el claroscuro de Caravaggio. Una contradicción, al final, esta Obra revolucionaria pintada de forma tan ortodoxa.
Hay que acotar, a su vez, los vaivenes políticos que influyen en la admiración de una Obra de Arte. Como espectadores siempre veremos los hechos desde el prisma que nuestra cultura nos permita entender. “La muerte de Marat” nos brindó la imagen de un héroe asesinado por una arpía, para después esa misma mujer ser el emblema de una persona que antepone su vida en pos de los intereses de su Nación. Sublime.
El cuadro fue olvidado por 50 años, hasta que Charles Baudelaire lo sacó del injusto anonimato, con su crítica magnifica en el año 1846.


María Antonieta

Derrochadora, imprudente y burlona, la prensa clandestina comenzó a pintarla como un ser depravado y vendido a los intereses de la casa de Austria. La calumnia salpicaba su trono, siendo exagerada hasta el paroxismo por los libelos de la Revolución. Según los panfletos, la lista de sus amantes era interminable y sus excesos dignos de una Mesalina. Pronto fue conocida entre el pueblo con el despectivo mote de "la austríaca".
En este boceto no hay parecido alguno entre aquella ruina humana que marcha al encuentro de su destino y la mujer que había sido, aún así no pierde la compostura y llega con altanería al patíbulo.


La muerte de Joseph Bara
Este cuadro presenta la muerte de un mártir de la Revolución, un chico de 14 años, no tiene sexo pero está muy sexualizado por la curvatura de su cadera y la expresión delicada de su cara. La vulnerabilidad muestra la maldad del enemigo. Se cuenta que le obligaron a decir "Viva la monarquía", aunque lo que en realidad dijo fue "Iros a la mierda"


Autorretrato

Cuando Jacques Louis David es detenido y acusado de firmar para el asesinato de los reyes de Francia no pudo defenderse de palabra ya que una malformación en la cara por una herida de guerra le impedía hablar bien. Entonces hizo un autorretrato, con el abrigo abierto mostrando la nobleza de un corazón al descubierto.

Hasta ahora, toda la pintura de este artista iba dedicada al honor, el patriotismo y la lealtad al pais por encima de todo, incluso de la familia. Llegado este punto Louis David dejó de arengar a las masas y comenzó a crear una pintura más familiar, más bucólica, más costumbrista. El cambio radical llega con el cuadro que le hizo a su hermana


“El rapto de las Sabinas”
Obra que representa el concepto de la “Paz” interponiéndose entre los guerreros.  David lo pintó en la cárcel, en honor a su esposa, pensando en el amor como medio de recuperar la esperanza; pero los vaivenes políticos, y nuevamente la casualidad del momento histórico, llevan a interpretar su Obra como un ruego al pueblo para la unificación después del “Terror”.
Las Sabinas aquí ya no representa a la República, ahora es más una madre que intenta la reconciliación entre romanos y sabinos. La historia de la pintura es la siguiente: «Los romanos habían secuestrado a las hijas de sus vecinos, los sabinos. Para vengarse por este rapto, los sabinos atacaron Roma, aunque no de manera inmediata - puesto que Hersilia, hija de Tito Tacio, el líder de los sabinos, se había casado con Rómulo, el líder romano, y ya había tenido dos hijos con él mientras tanto. Aquí se ve a Marsilia entre su padre y su marido al tiempo que pide a los guerreros de ambos lados que no separen a las mujeres de sus esposos o a madres de sus hijos. Otras mujeres sabinas se la unen en sus exhortaciones»

La institución de las águilas
Un cuadro que nos muestra cómo Napoleón da órdenes a sus generales. Podemos ver las águilas como símbolos del ejército napoleónico, animales que también han simbolizado otros regímenes, como por ejemplo el hitleriano 
                                                                          



Napoleón cruzando los Alpes

El encargo especificaba un retrato de Napoleón con el uniforme de Primer Cónsul, pero David estaba deseando pintar una escena ecuestre. El embajador español, Ignacio Muzquiz, informó a Napoleón y le preguntó cómo deseaba ser representado. Napoleón inicialmente pidió que se le mostrase revisando las tropas, pero al final se decidió por la escena mostrándole al cruzar los Alpes.
En realidad, el cruce se hizo con buen tiempo y Bonarparte fue guiado a través de las montañas, montado sobre una mula. Sin embargo, desde el principio la pintura era ante todo propaganda, y Bonaparte le pidió a David que lo representara "tranquilo, montado sobre un fogoso caballo" y es probable que él también sugiriera el añadido de los nombres de otros dos grandes generales que llevaron sus tropas a través de los Alpes: Aníbal y Carlomagno.
SINOPSIS
Pues bien, con esta completa e interesante obra del pintor nacido en Francia y muerto en Bruselas, nos debe quedar muy claro que: 
        El poder del arte influye totalmente en el arte del poder

Texto: Pilar R. de los Santos                                                                                                  




No hay comentarios:

Publicar un comentario