domingo, 1 de diciembre de 2019

ARTEMISIA GENTILESCHI, por Doña Mª José García Casarrubios.


Mujeres pintoras han existido, sobre todo tres griegas, se ha ido perdiendo su historia  por no tener acceso a la formación y nos encontramos menos que hombres, en la Edad Media había mujeres pintoras en los conventos para los códices y libros de oración. Pasando de la E.M al Renacimiento va haber una distribución de oficios, pero se considera que la mujer no está capacitada para ello, eso lo dicen los hombres, y a la mujer ellos la pintan como sexual y poca inteligencia, al lado de un espejo como vanidad, los hombres apartan a la mujer y pintan ellos lo que quieren, desnudos, animales, etc., por contra a la mujer no se le deja.
En el Barroco nos dan un respiro y hay unas pintoras que van a sobresalir, con estilo diferente, pero algo en común que las distinguen (sus padres también son pintores). Es difícil resaltar en historia para ambas, pintores muy buenos que se han perdido, aún más para las mujeres. Clara Piteers  resurge hace unos años, con una exposición en "El Prado" como primera mujer en exponer en el museo.
Las mujeres tenían que estar como acompañantes de las reinas, nunca como retratista y no podían tener sueldo, luego la iglesia acude a las mujeres por ser la mano de obra más barata y aún así estaban más libres que en siglo XIX, pero hay brecha salarial.

Artemisia llegó a ser una pintora conocida, pertenecía a una familia adinerada, su padre fue pintor y esta fue la primogénita. Su padre la promociona en el taller que tenía, no era un pintor solvente del todo, su taller era pequeño y no podía tener muchos ayudantes, por eso Artemisia trabaja con el padre. Para las clases de perspectiva su padre quiso que se las impartiera uno de sus ayudantes; pero este la viola, ella lo quiere matar,   pero lo denuncia al Vaticano. Desde entonces ella Artemisia sufre torturas, aun así ejerce la pintura y sigue afirmando de que fue violada. El ayudante fue expulsado del Estado del Vaticano, pero la pena no fue impuesta con severidad, ya que luego volvió. Artemisia se casa por matrimonio concertado y se divorcia marchándose de Roma, va a Florencia y se apoya en Galileo Galilei.

Estas mujeres no podían comercializar sus obras, lo tenían que hacer, el padre, el marido o el hijo; por ello sus nombres quedan enterrados y las solteras contrataban a una persona para la comercialización, por supuesto un hombre.

Artemisia en Florencia puede pintar una vez liberada, del padre, marido y del violador.

El Prado tenía un cuadro de Artemisia pero jamás ha estado expuesto al público.
Las obras que no estaban firmadas era difícil saber si eran de ella o no.  
Desde Florencia se va a Nápoles y se cambia  de apellido, luego cuando vuelve a Roma recupera su apellido de soltera.

La conversión de la Magdalena.


Barroca, extravagante y naturalismo. Matices del barroco con la cara de representación teatral, queriendo que el espectador forme parte del cuadro, pelo revuelto, color amarillo del vestido. Las manos de Artemisia las pinta fuertes poderosas, que trabajan. Está sentada y sin querer mirar al espejo como rechazo, el claroscuro es muy de Caravaggio, esta técnica llamada Tenebrismo no la abandona nunca.



Susana y los viejos.

Es una leyenda del siglo 1 a.C., con colores vibrantes, ella se va a dar un baño y aparecen los hombres, en esta versión la mujer aparece como acosada, que no quiere nada de ellos, Susana se niega y ellos cuentan lo contrario y fue ajusticiada y a punto de ser lapidada. A los viejos se les manda declarar por separado y cada uno contó la escena de forma diferente quedando como culpables.



Judht decapitando a Holofernes.




    Artemisia pinta a heroínas, Judiht salva a su pueblo condenado a la hambruna. Refleja la imagen de la mujer como una catarsis, la mujer se venga. La ética, la moralidad, van a estar por encima de la calumnia. Su violación Artemisia la lleva como trauma siempre consigo. De esta obra hay dos representaciones. Es una obra del Antiguo Testamento que ella le da imagen a través de la pintura, es verídica. 
Holofernes estaba obsesionado de Judiht, esta con su doncella van a visitarlo le dan alguna pócima para beber y vengarse de él. Otra vez manos grandes en ellas, Tenebrismo y sangre roja reflejada en la pulsera y los camafeos, con pliegues del realismo barroco. 


Judht y su doncella.
  
 Otra vez los colores tenebristas, ya está en Florencia, este cuadro nos lleva de una forma directa al tenebrismo del francés George de la Tour. Con la mano tapa la vela , para no dar mucha luz, en su huida después de la decapitación. 
Este cuadro se encuentra expuesto en Detroit


Autorretrato.

Igualmente barroca, alegoría de la pintura aparece como encorvada delante de un lienzo dónde no hay nada. Este cuadro denota inteligencia. Lleva una cadena colgando de una máscara y paleta de pintura, reflejando que ella se tiene por autora, no está firmado, aunque no sabe escribir, si sabe firmar. 

No hay duda de su autoría en la Historia del Arte, La pintura le sirve para reivindicar a la mujer, y que no sean empañadas por las injurias.



Resumen realizado por C.G.A.

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