domingo, 11 de diciembre de 2016

CARTAS GANADORAS "V CERTAMEN CARTAS JUANA PINÉS"




Transcribimos aquí las cartas 
que en su día oímos de la voz de sus autores



1º Premio

ROSA MARÍA ALCALÁ HIDALGO


¡Madre! (como solemos llamarte con cariño)…


Puedo imaginarme la cara que estarás poniendo al recibir esta carta: sorprendida pero sin poder ocultar del todo esa media sonrisilla que delata lo que te gusta que nos acordemos de ti.
Pues estaba yo pensando en lo mucho que nos empeñamos, a veces, en llevar a cabo grandes hazañas y pasamos por alto los detalles verdaderamente importantes, los más pequeños. Se puede haber llegado a la Luna, coronado el Everest o atravesado en bicicleta los cinco continentes, pero si no se hace un poquito más feliz a los que se tiene al lado…es como si no se hubiera vivido.
Por eso me he dicho: “de hoy no pasa” y, aunque podría haberlo hecho a través de las nuevas tecnologías (con lo bien que te manejas tú con Whatsapp) he preferido decírtelo por escrito, para poder disfrutarlo cuando nos apetezca, a pequeños sorbos.
Te quiero.
Así, sin más; porque sí. En mayúsculas.
Seguro que esto no te lo esperabas, ¿verdad? Y… ¿no te parece que ya era hora?
Tanta dedicación y paciencia para que resulte que ninguno de tus seis hijos sea  muy dado a decirte que te quiere y nos conformemos con demostrarlo. Es por eso que de hoy no podía pasar; por todas las veces que lo pensamos y se quedan en el tintero: te queremos.
Apuesto a que has empezado a morderte con disimulo el labio inferior para ocultar que te estás emocionando.
Es imperdonable haber tardado tantos años  después de que tú hayas dedicado la mayor parte de los tuyos a sacarnos adelante y hacer de nosotros personas de provecho.
Y qué difícil devolverte en apenas una página toda tu entrega: ¿qué más se puede decir? Darte las gracias, sin duda, pero esos latidos que palpitan a un mismo ritmo…ese saberte cerca aunque no lo estés…esa sensación de que con sólo oírte pueda sentir que estoy en casa, a salvo…eso no cabe en un “te quiero”.
Por ese superpoder tuyo de habernos hecho crecer con poco, de sacar de la nada soluciones para todo; por esa a habilidad sobrenatural de tejer días de 30 horas, ser electricista, médico, albañil, costurera, directora de orquestra y casi astronauta y, por supuesto, por unas lentejas dignas de reconocimiento universal…por todo eso te queremos y por la soledad que soportaste cuando, con seis niños, el suelo se quedaba en la barra de un bar.
De eso, mejor no hablamos, que adivino la puntita de tu nariz colorada y los ojos vidriosos; con esa fuerza tuya hoy no es más que un recuerdo amargo y un ejemplo de coraje por el que te admiro infinitamente.
A veces, a escondidas, imagino que algún día faltarás y entonces…entonces no existen “te quiero” suficientes para consolar ese momento. Busco en esos ratos cualquier excusa banal para llamarte o ir a verte (preguntar cómo tienes la cadera, contarte un cotilleo inocente, reservarme sitio en tu mesa para comer cuando vuelva, explicarte que allí donde estoy trabajando esta semana hace un calor asfixiante…) y sin embargo, sólo estoy pensando en que te quiero, te quiero mucho.
Eternamente agradecida, tu hija

DEMAYORQUIEROSERCOMOTÚ

P.D.: Ahora que ya lo sabes (espero que nunca lo hayas dudado), guarda la carta y vámonos a tomar un café… hay mucho que celebrar.








2º PREMIO

 Julia Flores Arenas



 ESTOY JUNTO A TI



Estimada muchacha,
 Quisiera que mi carta fuera un soplo de esperanza para ti.
Hace poco que te conozco y todavía no hemos tenido mucho contacto pero  he podido  darme cuenta  de que algo te pasa, pareces  ajena a todo lo que ocurre a tu alrededor,  siempre buscas  estar sola, sumergida en un silencio  impenetrable y desolador.
Hoy, además,  he visto en tus ojos  el aleteo de mariposas negras del dolor y miedo, mucho miedo. Te he visto cruzar, como una sombra, el patio del instituto para salir durante el  recreo porque alguien te esperaba. Te he visto mirar a todos lados como temiendo ser vista al responder a  unos compañeros  que,  ajenos al zumbido de tus oídos y al peso que sientes sobre el pecho, por azar se han cruzado contigo y te han saludado. Caminabas  como si el suelo se hundiera bajo cada uno de tus pasos. 
A tu vuelta he notado   tu mirada perdida y vidriosa; en tu boca todavía de niña dibujado un rictus de amargura y en tus manos, aunque no haces más que estirarte las mangas del jersey para ocultarlas, la marca inequívoca de unas manos que en vez de tactos y caricias han sido garras despiadadas.
A tus 16 años tienes un mundo entero ante ti. Sé que estás enamorada y sueñas momentos de miel y flores y que crees que  tu vida sin él no tiene sentido. Sé  que sin darte cuenta  te ha ido alejando de todo lo que tenías, tus amigas, tu música preferida, tu forma de vestir e, incluso, vigila con quién hablas. Sé que hace que creas que no sabes hacer nada tú sola, pero te aseguro que no es así. El sentido a tu vida se lo das tú, solo tú.
Sé que es tu amor y te has entregado  sin condición,  pero lo que estás viviendo, créeme,  no es el amor,  es la cara amarga y destructora de una persona. El amor es otra cosa, lo comprobarás  cuando llegue de verdad. Ahora,….
Ahora quisiera que pensaras en  esto que te digo y entendieras su importancia.
Me gustaría que supieras  que eres valiente, que  eres muchas cosas sorprendentes que tú ni imaginas, que están ahí dormidas en tu corazón, que irán despertando y  aprenderás  a verlas.
Quiero que sepas  que “eso” que te pasa no es por ti, que tú no tienes la culpa, que tú no haces ni dices nada para ello, que tú solo te has enamorado de alguien que no  merece tu amor. Quiero que sepas que hay  forma de salir del infierno en que vives, que no debes sentir vergüenza ni temor, que puedes hablar de ello. Mereces a alguien que sonría nada más verte y que ponga un trozo de cielo entre tus manos.


Quiero que sepas que eres fuerte y puedes dar un paso adelante para salir de esa tela de araña que te ata de pies y manos y llena tus ojos de sal. 
Quisiera que dieras  ese paso e intentaras  salir de ese laberinto en el que estás ahora. Quiero que sepas que no estás sola,  que muchas mujeres (y también algunos hombres) podemos ayudarte, que estamos contigo, que estoy junto a ti.
Yo estoy aquí esperando que tú me digas algo, aunque solo puedas hablarme con la mirada.
                                                                                                                          Tu profesora

                        





ACCÉSIT

JUAN PABLO LÓPEZ TORRILLAS


                            Campo de Criptana, 10 de noviembre de 2016


Querida Hispano Olivetti M40:

Permíteme que lo haga por carta, pues sabes que las despedidas nunca
me han gustado. Han sido muchos años juntos y tus teclas ya merecen un
descanso, hasta el dibujo de las letras se ha borrado ya.
Llegaste a mí de generación en generación, y todos te fueron fieles y
leales, y a todos diste grandes alegrías. Cómo no recordar la tarde en que
llamaron al bisabuelo Salvador, para anunciarle que su relato, “El molino de
viento”, había sido el ganador del Antares; o aquella otra mañana fría de enero
en que a la abuela Venancia le concedieron el Cervantes, y todos nos tuvimos
que vestir de gala, para acompañar a la abuela a Alcalá de Henares a recoger
el premio; o aquella tarde en que mi padre, Pedro, fue galardonado con el
Nacional de Teatro… Fueron todos grandes momentos, premios que
reconocían toda una vida dedicada a la literatura, a compartir con los demás
esos desvelos, sueños e ilusiones, que son idénticos en los hombres y mujeres
de generación en generación, porque hay algo que no cambia con el paso del
tiempo, y ese algo, que es un misterio, forma parte, va unido a la esencia más
íntima del hombre (y de la mujer, claro está).
Pues bien, querida mía, la mayor parte de sus textos nacieron de ti.
Especialmente recuerdo a Pedro, mi padre, y con el que más tiempo estuviste.
Todos los días la misma rutina: al volver por la tarde del campo, de faenar en lo
que cada estación del año marca (la siembra, el abono, la vendimia, la siega,
etc.), tomaba un baño y se cambiaba de muda, acudía a la cocina, donde madre
solía estar preparando la cena, se preparaba un café, otro también para ella,
cargaba de tabaco su pipa, y al poco se retiraba a la salita a darle a la tecla, tus
teclas, cuyo sonido nos acompañaba ya hasta bien entrada la noche.
Como ves, querida, son muchos recuerdos y todos entrañables. Para tu
tranquilidad te diré, que no tienes que preocuparte, que te he buscado un lugar
adecuado para tu descanso, y reposarás en el salón de casa, junto a la lámpara
de lectura, al lado del sofá grande, en una mesa que he mandado construir
para ti, y así, continuarás siendo un miembro más de la familia, y, aunque de
otra manera, ahora más silenciosa, continuarás como testigo de nuestras
ilusiones, sueños y desvelos.
Te gustará saber, querida Hispano Olivetti M40, que para despedirme de ti
he utilizado la más valiosa de mis plumas, y que tanto te gustaba a ti, y no
temas, sabes que la fidelidad de la familia a ti y a los tuyos forma parte de
nuestro carácter, y seguiremos sin utilizar el ordenador.

Con entera gratitud y cariño






Una de nuestras compañeras, Mari Paz Manzaneque Olmedo, nos leyó una de sus poesías que también queremos compartir aquí 





-Palabras- 

_Qué bien suena, la voz que canta y entona, 
Palabras y melodía, 
Qué agradable escuchar las mejores palabras, 
De nuestra gente cada día…. 

_Palabras que van, que vienen, 
Palabras que quieren, palabras al viento, 
Que alguien las agarra y nunca marchan 

_Palabras que desgarran, palabras en silencio, 
Y al silencio, palabras le sobran, 
Las que le faltan a los recuerdos. 

_¡Hombres y mujeres de palabra!, que sellan el acuerdo, 
Donde la palabra dada es la confianza  entregada. 

_Palabras de llanto, palabras perdidas, 
Y perdidas las miradas, 
Donde las palabras han sido olvidadas. 
Y miradas que conversan, alma con alma. 

_Palabras que dicen bien, 
Y bien que dicen lo que cuentan, 
Cuentan historias, 
Que nos enseñan y  alientan. 

_Palabras benditas, palabras que duelen, 
Palabras que quiebran, palabras que tiemblan, 
En bocas donde las palabras son el corazón, 
Y la palabra es la mayor riqueza, 
Donde se expresa el amor latente, 
De la vida presente. 

_Palabras copiadas, prestadas y osadas, 
Palabras de niños, palabras fiadas, 
Conversación de palabras, bien expresada, 
Que cautiva y atiende, 
En la escucha de la historia, 
Que se quedará en la memoria. 

_Hay  palabras calladas, que son fruto de la paciencia, 
Todavía guardadas en conciencia, 
Para ser habladas en un futuro, 
Cuando el tiempo haya pulido sus aristas, 
Y sean  palabras de reconciliación… 

_La palabra perdida, 
Esa, que aún no está dicha, salí a buscar, 
Y cuando la encuentre, será la primera, 
De otra poesía, 
Con cientos de palabras para comenzar. 




GRUPO ANTARES CON LOS PREMIADOS






¡¡HASTA NUESTRA PRÓXIMA EDICIÓN!!


                  


Texto: Pilar R. de los Santos
Fotografías: Conchi G. Angora y Pilar R. de los Santos