miércoles, 11 de abril de 2018

CHARLA PREVIA AL MARATÓN DE FOTOGRAFÍA








Como viene siendo habitual, y previo al Maratón de fotografía, organizamos una charla sobre algún tema interesante referente a este tema en concreto, así intentaremos después conseguir la mejor instantánea digna de competir con los magníficos fotógrafos que cada año vienen a participar y compartir una agradable y amena mañana fotográfica.


Este año, Conchi Angora, decidió plantearnos una pregunta:

"Retocar y manipular...¿Es malo?"

Ella nos dio su particular opinión sobre este tema, algunas veces llevado a polémica, y aquí lo transcribimos (con su consentimiento, por supuesto)
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Últimamente he visto algunas fotos por ahí, en las redes sociales, donde el autor aclaraba en la descripción que "no estaba retocada". Y esto lo decía como con un énfasis de orgullo, como diciendo "yo soy mejor que los que retocan, porque esto sale directo de mi cámara".
A ver a cuántos les cambia su forma de ver el retoque.

Para Empezar, Aclaremos Conceptos

Los términos "editar", "retocar", y "manipular", se tratan como sinónimos en el 90% de los casos, cuando no lo son, ni por asomo. Vamos a ver las diferencias:
Editar, se refiere al hecho de alterar cualquier imagen que salga de cámara, sea un RAW o un JPG. Sólo procesando una imagen en Lightroom, ya estamos editando. Simplemente añadiendo tu firma o tu marca de agua, estás editando.
Retocar, se refiere a corregir errores de toma, incluyendo flares, faltas de contraste, viñeteos o distorsiones de lente, reducciones de ruido, máscaras de enfoque, y demás aspectos que por cualquier razón, en la toma pudieron haber fallado, o simplemente eran inevitables. Por supuesto, cuando retocamos, estamos editando.
Manipular, se refiere a eliminar elementos que estaban en la imagen, o añadir elementos que no estaban. Por poner un ejemplo, podemos perfectamente poner un dragón en el cielo de un paisaje (y creedme que podemos), y esa imagen estaría manipulada. También se considera manipulación mover elementos ya presentes en la fotografía. Por poner un ejemplo, poner más pecho y quitar barriga es manipulación.
Entonces estamos como antes. Un tío que retoca, es un tío que tiene errores de toma, y por tanto sus fotos son peores que un tío que no retoca. ¿No?
No exactamente.
Retocar es ajustar colores, porque han sido alterados por culpa de la luz. Retocar es ajustar contrastes, porque la luz era muy dura, o porque algún elemento del entorno reflejaba algo que no debía, y no podía ser solventado. Retocar es arreglar el maquillaje, que posiblemente ha aguantado unas cuantas horas bajo el calor de los focos, o en la calle, o a la lluvia. Retocar también es corregir la distorsión que la lente genera en la imagen.
Retocar es ayudar a conseguir lo que el fotógrafo vio, pero su cámara no captó.

Aspectos a Retocar en Cualquier Fotografía Profesional

Resulta que la cámara no "ve" el mundo de la misma manera que nosotros. Dependiendo del modelo y la calidad, puede tener más rango dinámico o menos, pero ninguna cámara del mercado es capaz de ver esa magnífica puesta de sol de la misma manera que tú. No capta la misma intensidad de colores, ni el mismo contraste, y seguramente tampoco capte el mismo rango tonal en las luces y en las sombras.
¿Entonces qué avanzada técnica fotográfica puede ayudarnos a conseguir una toma que quite el aliento? Pues, siento decíroslo, pero la edición y el retoque.
Una boda, y el sol, o cualquier luz, ha alterado el color del vestido de la novia? y esto pasa. Y pasa, porque tu misión es capturar ese beso furtivo, esa sonrisa, o esa mirada. Y tienes que disparar sin pensar en la luz, porque la luz está ahí y no la puedes mover. Y se cuela entre las lentes de tu objetivo, y genera aberraciones cromáticas, o contrastes indeseados.
Y todo eso, esas aberraciones y esos colores tendrás que retocarlos, y tendrás que retocarlos porque no son los colores de verdad.
Y si esto es así en las bodas, que al fin y al cabo es fotografía de reportaje, qué no pasará en fotografía de moda. Aquí sí que no hay excusa, si ese vestido es de determinado color, así tiene que aparecer en las campañas de publicidad. Y a la marca no les vale la excusa de que "es que yo no retoco". Porque si tú no retocas, otro sí lo hará, y le darán a él el trabajo. Así de simple.
Tenemos que quitarnos el estigma de que cuando retocamos, estamos haciendo trampa. Porque no es así. La industria no es un concurso con unas normas, y lo que se paga es la mejor imagen posible, y a las empresas (y a los clientes particulares) les da exactamente igual cómo has llegado hasta ella.
Es más, las fotografías más icónicas de mucho antes de que las cámaras digitales se inventasen, están "retocadas" en el laboratorio. El Dodge & Burn no es de ahora. Ansel Adams, Robert Capa... Todos ellos añadían contraste, perfilaban los viñeteos, añadían o quitaban luz de determinadas zonas... todo para darle más fuerza a la imagen. No estaban mintiendo. Estaban poniéndole toda la pasión que podían a lo que hacían.
Una fotografía, según sale de cámara, no es más que un boceto de la imagen final. Por Dios, si los archivos RAW tienen una profundidad de color que ningún monitor es capaz de mostrar, no digamos una impresora, ¿Cómo podemos vanagloriarnos de dejar el trabajo a la mitad? ¿De no darle a esa imagen toda la fuerza que pueda tener?
¿Valoraríamos más la Mona Lisa si esta fuese un boceto a carboncillo? ¿Verdad que no?
A continuación voy a exponer una serie de frases que he escuchado:
Es que los retocadores estropeáis la fotografía (Decir esto es como decir que los restauradores estropean el lienzo. Es cierto, si se hace con la técnica incorrecta).
  • Claro, es que tú retocas, así cualquiera. (Bueno, nadie te impide aprender a retocar...)
  • Si la imagen está sin tocar es como mejor se muestra la realidad. (Falso. Totalmente falso. Y ya no hablamos de distintos tipos de aberraciones que las lentes producen. Las cámaras no ven la realidad, la interpretan ayudándose de componentes electrónicos o químicos. ¿Quieres que tus fotos sean tu visión, o la de un trasto sin alma? Tú decides, amigo.)
  • Si retocas estás mintiéndole a la audiencia (No. Si manipulas estás mintiéndole a la audiencia)
  • Es que al poner pecho y reducir cintura, establecéis un ideal de belleza que blablabla (Falso. Eso sigue siendo manipulación. Y en el 90% de los casos, lo pide el cliente expresamente. Otro 9% es arreglar pliegues de ropa, y el 1% restante es algún iluminao.)
Si yo retocase también haría fotos buenas. (Yo creo que a este solo hay que asentirle, y mirarlo fijamente. Y no dejar de asentir.)

Sobre la Tendencia del "No Photoshop"

Decir que usar Photoshop te convierte en un mentiroso, o en un adoctrinador, es simplemente una caza de brujas. Photoshop es una herramienta.
Decirle a un fotógrafo, "Quiero una foto impresionante, pero no quiero que uses Photoshop", es como decirle a un carpintero "Quiero que me hagas todos los muebles de mi casa, pero no quiero que uses martillos ni puntas".
Además, Photoshop sólo es uno, de tantos programas que permiten manipular una imagen. No permitir usarlo es como poner una valla en uno de los caminos que llevan a Roma. Y tan solo demuestra ignorancia.

La Moralidad

Para poner un ejemplo: Somos capaces de eliminar los ojos de una persona, y hacer como que estos nunca existieron. ¿Pero eso significa que debamos hacerlo?
La mayoría de nosotros tenemos una ley no escrita: "Si lo que estás a punto de quitar va a estar ahí dentro de un mes, déjalo donde está"
Es decir, podemos quitar pequeñas espinillas, granos, manchas de grasa, algún pelo suelto de la frente, escamas de piel, etc. Pero ningún retocador que se precie eliminaría el lunar de una persona, una cicatriz, las arrugas de expresión... Ninguno cambiaría el color de sus ojos, o le quitaría caderas. Porque esto forma parte de la persona, de cómo es, y de quién es. Y hacerlo es poner en tela de juicio su aspecto. Algún cliente incluso puede sentirse insultado.


LA INMACULADA CONCEPCIÓN (curiosidades)



José Vicente Méndez



Uno de estos miércoles pasados, José Vicente Méndez nos dio una charla en la que nos  hizo una pequeña introducción a la figura de la Virgen en general y, en particular, a la advocación a la Inmaculada, contando su historia hasta que aparece el dogma a la Inmaculada en 1854, en el que España reconoce la figura de la Inmaculada Concepción

Nos cuenta que  La Inmaculada es Patrona de España, “no la Virgen del Pilar”, al igual que es patrona de la Infantería. Acercándonos más a la figura de la Virgen nos hace reseña  al manto azul, al vestido blanco, a los pies la media luna… motivos que son los atributos de la Virgen de la Inmaculada.


De ahí, Méndez pasó a explicar algo interesante sobre la finca de La Romana. Una casa del siglo XVII que viene, con el paso del tiempo, a caer en manos de una familia de Campo de Criptana, y a esa casa llevan una imagen de la Inmaculada Concepción. Con el paso de los años, queda solamente la capilla del Conde y el Obispado da parroquia a Arenales. 


En ese sentido, en 1911, el Obispo visita la parroquia y a raíz de esa visita se realiza una iglesia nueva. “Entre donantes y el párroco pagan aquella inversión tan grande. Aparece entonces una serie de familias que con sus donaciones ornamentan el templo. 

Esta familia tiene una Inmaculada y piensa cederla a Arenales. Es el 1 de mayo, procediéndose al traslado custodiado por la Guardia Civil de Tomelloso y el pueblo la acompañó hasta la iglesia, le rindió a la imagen como patrona de la aldea y junto a San Gregorio se erige como devoción fundamental del municipio




GRUPO ANTARES



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FOTOGRAFÍAS: Conchi G. Angora