José Carlos Ortiz: pintor fiel a la realidad y a los sentimientos
El pasado miércoles 11 de junio tuvimos la oportunidad de visitar la exposición Luz Azul de José Carlos en el Museo El Pósito. Una muestra que gira en torno a la luz, el color y las emociones, con obras llenas de fuerza y sensibilidad.
La visita comenzó con una serie de retratos, de los que el propio autor nos explicó que son especialmente importantes para él. Desde pequeño sentía una gran pasión por el dibujo, tanto que la mayoría de los libros de la biblioteca de sus padres están llenos de sus dibujos. Nos contó que, en los tiempos en que el hombre aún no sabía escribir, el dibujo era el medio para contar historias. Para él, hacer retratos es mucho más difícil que pintar paisajes, ya que en un paisaje se puede jugar con muchas variantes, pero un retrato debe tener alma, si no, no transmite nada.
Nos cautivó especialmente el cuadro que preside la exposición: una banderola realizada antes de la pandemia para una ópera flamenca que se iba a representar en varios países. La obra retrata al bailaor Jesús Carmona.
Durante la visita, José Carlos nos compartió muchas anécdotas. Una de las más divertidas fue la de unas señoras que, al ver la exposición, elogiaron las “fotografías”, a lo que él respondió con humor: “los óleos tampoco están mal”. Ante la sorpresa, las señoras regresaron a mirar de nuevo, ¡ahora sabiendo que eran pinturas!
Impresionante también la serie "Las miradas de África", a través de la cual conocimos detalles entrañables de la vida en Senegal.
Otra historia curiosa fue la del "reto". Le desafiaron a pintar un cuadro en solo 30 minutos, y aceptó. Prepararon cámaras y cronómetros… ¡y terminó en 14 minutos y 30 segundos! Utilizó una brocha del 14 y un pincel del 2. El resultado fue espectacular.
Tampoco podemos dejar de mencionar el cuadro de Doña Plácida la manchega, que inspiró al escritor conquense Adolfo Martínez a escribir un cuento extraordinario. Este cuadro está acompañado por otras obras que representan utensilios de la despensa de su abuela, llenas de nostalgia y bajo una mirada minimalista.
La visita concluyó con una impresionante sección de dibujos hechos a bolígrafo. Uno de ellos le llevó más de 600 horas, ¡realizado sin boceto previo y con un bolígrafo Bic naranja de punta fina! Simplemente espectacular.
Un verdadero lujo poder disfrutar en nuestro pueblo de una exposición de esta categoría, y además contada en primera persona por su autor.
Gracias José Carlos por tu pintura y por compartir con nosotras la tarde.
Manoli Sánchez. Fotos Maty Mellado
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