lunes, 16 de mayo de 2022

EN BUSCA DEL AGUA PERDIDA










El agua es fuente de vida, es lo que nos mantiene vivos. 

Este tema tan crucial fue el protagonista de la charla semanal de la Asociación Antares a cargo de D. Daniel Mínguez y D. José María Manzaneque, conocedores y apasionados del tema, son autores del libro "En busca del agua perdida", que publicaron a raíz de una formación que recibieron, en la que profundizaron y desarrollaron en esta obra, que se acompaña con fotos de toda la región.


La Mancha es un amplio territorio que no siempre fue tan seco como lo conocemos, ni siquiera el nombre proviene de "La seca" como algunos opinan, nos señala Jose María, pues el nombre originario de nuestra comarca significa altiplano o meseta elevada, tierra llana, para entendernos, que es la principal característica de esta zona, según nos indican procede del árabe o del berebere.

Hace años La Mancha no era un secarral, pensamos en el calor que hace, lo seco que se ve todo y nos preguntamos cómo sería esta zona hace años.

Nuestra comarca siempre ha tenido agua, humedales, lagunas, arroyos y aguas subterráneas, todo ello corresponde al acuífero 23, uno de los más grandes de España.

Los años 70 y 80 fueron dos décadas de sobre explotación del agua, coincidió con un desarrollo de la economía, pero actualmente nos ha pasado factura. Este espolio hizo que desaparecieran los humedales de Argamasilla hasta las Tablas de Daimiel, los  ojos del Guadiana se han retraído y no se ven, muchos ríos, arroyos y sus afluentes se han secado. Rodríguez de la Fuente hizo una llamada de atención en su momento.

El agua es escasa y ya no se ve tan abundante, excepto en grandes lluvias y tormentas que traen mucha agua, ejemplos de estos casos son el año 2003 que llenó lagunas, humedales, e hizo correr el Záncara,  y en el año 2009, que debido a la gran tormenta sufrida se inundaron varias zonas, entre ellas Alcázar de San Juan, aunque no son los únicos momentos que nos recuerdan que esta zona era rica en agua. 

La vida de Campo de Criptana fluye en torno al agua. El municipio surgió debido al asentamiento de población en torno a diversos pozos, principalmente el que estaba situado en la Virgen y el de Santa Ana, posteriormente la población se concentró en Criptana para protegerse de invasiones y ataques moros. En Villajos también hubo otra concentración de población. Daniel nos hizo un recorrido por todos los pozos de Criptana que señalan en su libro, que será de una lectura interesante.

Los pozos se construían en ocasiones protegidos por una motilla, a modo de fortaleza que lo resguarda.

En el pueblo había multitud de pozos que extraían agua que corría por el subsuelo desde la sierra. Los pozos situados en la mitad superior tenían agua potable, los de la mitad más baja el agua era salobre.

Nuestros antepasados vivían de cara al río explotando los recursos que les proporcionaba. Se pescaba, cazaba, se cultivaban los márgenes con huertas, la fauna y vegetación era rica. También los humedales concentraban población, pero la vida era más insalubre en estos espacios.

La historia es testigo de lo que Daniel y José María cuentan en su libro. José María nos trae diversos fósiles encontrados en toda esta zona que demuestras que el agua cubría esta tierra.


Fue muy interesante observar xilópalos, restos de madera de árbol fosilizados de hace unos 120 millones de años.












Pieza de un telar romano encontrada en esta zona.

La charla se hizo corta y fue muy interesante, pero no llegaba el tiempo para contar todo lo que su libro contiene. 

Nos comentaron que van a sacar una edición nueva de esta obra, en un formato más grande para poder apreciar las fotos mejor. Pronto estará en las librerías para quien esté interesado en este tema.

Entrada ofrecida por Rosa Gutiérrez
Fotos Mª Carmen y Rosa






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