LA MUJER MUSULMANA

Dª Laura Figueiredo nos habla, en la tarde del 13 de Febrero, de La mujer musulmana.  Laura ha tenido contacto con este colectivo a través de las clases de castellano que imparte desde hace años en Cáritas.

Comenzamos la charla con la pregunta ¿Qué pensamos de la mujer musulmana?

Nos damos cuenta que salen muchas cosas, unas negativas, pero también muchas positivas.

Resaltamos y nos quedamos con que son muy trabajadoras, apegadas a sus costumbres y tradiciones, parecen cerradas pero cuando se integran en un grupo se involucran, resultando participativas y simpáticas.

Se suelen implicar en el ámbito educativo y se ocupan de sus hijos y las labores de su hogar aunque en ocasiones trabajan también fuera de él. Cocinan sus platos tradicionales y tienen una repostería muy característica a base de frutos secos.

Lo que más resalta de ellas es la forma de vestir. 
Las que viven en nuestra zona llevan velo, Hiyab, con una casaca larga que cubre su vestimenta, aunque también las hay que solo se cubren la cabeza. Dicen llevar pañuelo por su religión y también por cultura. Expresan que nadie las obliga y que se lo ponen voluntariamente, por decisión propia.

Las mujeres musulmanas de nuestro municipio proceden de Marruecos, son árabes y su religión es el Islám. 

Esta religión se caracteriza por:                                                                                                                                                      

Se basa en el Corán.

Su confesión de fe es: Alá es su dios y Mahoma su profeta.               

Rezan cinco veces al día orientados a la Meca.

Practican la caridad y la limosna.

Practican el Ramadán, mes en el que no pueden comer ni beber hasta que se pone el sol, a excepción de niños, enfermos y mujeres con la menstruación, que en algunos casos realizan el Ramadán en otro momento.

Esta religión no tiene un jefe o Papa que la dirija. 
Se divide en Sunitas y Chiitas con diversidad de escuelas y doctrinas.

Practican la religión de forma muy conservadora, no toman alcohol ni comen cerdo, al menos las personas practicantes.

Cuando el Corán es impuesto a base de terrorismo y fundamentalismo nos encontramos con el Hijadismo, predomina en Irán y Siria.

No hay que confundir el Corán con una tradición o costumbre.

Su cultura es muy machista, se impone cuando van con sus maridos, entre otras cosas, en que sólo hablan ellos, manteniéndose ellas en silencio.

El espacio público y el familiar es muy diferente para los hombres y las mujeres. Se muestran muy orgullosas de su cultura y sus tradiciones. Las comidas es un aspecto que conservan de su cultura.

Los matrimonios son concertados cuando son jóvenes y siguen manteniendo esta tradición aunque hayan nacido en el municipio. Las chicas vuelven a la tradición una vez se casan, pasando a formar parte de la familia del marido. La suegras y cuñadas mandan mucho sobre la nueva mujer incorporada a la familia.

Es curioso que la celebración de la boda se festeja por separado según el género, de manera que la novia y las mujeres permanecen en una estancia separadas de los hombres, novia y novio lo celebran también separados.
Algunas familias están ya muy integradas en el pueblo y viven con nosotros desde hace muchos años.


Resumen ofrecido por Rosa Gutiérrez.
Fotos de Mª Carmen Casero y Rosa Gutiérrez. Imágenes de Internet